Rosa María, quien llevaba una mascada en la cabeza para cubrir los efectos de la radiación a la que fue sometida por habérsele diagnosticado cáncer en un seno, que le fue extirpado, dijo que nunca en su vida ha caminado más de un kilómetro. “No estoy acostumbrada a caminar, y menos con el problema de cáncer, pero me acompañan mi abogado y mi esposo; y sobre todo Jesucristo, con él voy y él me protegerá y permitirá que yo llegue con bien a mi destino”.
De acuerdo con José Alfredo Cerón, padre de Alan y esposo de Rosa María, el plan es llegar por la noche a Tres Marías, municipio de Huitzilac, y mañana por la mañana continuar hasta Gobernación, en donde solicitarán una audiencia con el presidente de México Enrique Peña Nieto, para pedirle que se haga justicia por el asesinato de su hijo. “Porque a pesar de que los culpables están identificados, aquí en Morelos no hay justicia, al gobierno no le importa el sufrimiento de las víctimas; llevamos mucho tiempo esperando y no nos hacen caso”, explicó.
Después de ser entrevistada, del brazo de su abogado y su esposo, Rosa María atravesó la avenida Emiliano Zapata y pasó junto a la “emboscada” escultura del Caudillo del Sur. Los seguían varios representantes de medios locales de comunicación y un policía vial de tránsito, quien afirmó que escoltarían a las víctimas hasta donde su jurisdicción lo permitiera.
Sobre la avenida Heroico Colegio Militar la madre de Alan caminó unos metros, después se cansó y pidió le llevaran una silla de rueda, en la que se sentó. Los tres enfilaron hacia la autopista Cuernavaca-México para seguir su camino rumbo al Distrito Federal: en coche llegarían en poco más de una hora, pero a ellos le llevaría casi un día de camino.