“El perfil criminal tiene su origen en la educación que se ofrece desde el hogar y los primeros siete años del desarrollo del humano son los más importantes para determinar las conductas que tendrán estas personas”, manifestó Normando Granados.
Estos primeros siete años, dijo, son los que se imitan siendo exitosos o no, según los estímulos que se presenten en el entorno de la persona, lo cual derivará en la creación de un ente analítico emocional con conductas aprobables o reprobables en la sociedad, explicó.
Es por ello, que consideró es importante crear seres bajo la protección de un sistema jurídico y un entorno que les sea propicio para evitar conductas criminales que pueden adoptarse desde esos primeros siete años de vida, y también el ejemplo que observen de su primer círculo de relación, que principalmente es la familia, sea fuera de esos patrones de conducta que potencializan la criminalidad de un ser.
En este contexto, señaló que el concepto de Criminalogía es tratamiento o estudio del crimen y del delito y que fue por primera vez mencionado en el año de 1883, como una ciencia multidisciplinaria que tiene que ver con la anatomía, la medicina, la siquiatría y la psicología.
Por su parte, para Claudia Anguiano es importante hacer énfasis en este tema, “aunque ya sabemos que quienes hoy son delincuentes o realizan prácticas antisociales forman parte de la descomposición que hoy tenemos, justamente porque desde el seno familiar se promovió de alguna manera, debe ponerse de manifiesto para que desde este núcleo, que es el primer círculo en el que nos desarrollamos, podamos mejorar sustancialmente las conductas que hoy nos tienen en el país y en el estado en una franca crisis de valores y de jóvenes con perfiles criminales que desde su educación se están formando con características criminológicas”.
Y eso, dijo, “hay que revertirlo”.