“Existen en sexto año pandillas encabezadas por niñas, quienes con navajas se marcan en su cuerpo para pertenecer en ellas”, explicó al referir que se habrá de dar seguimiento a las pláticas con el personal docente, padres de familia y las propias estudiantes de esa escuela, así como de la secundaria del área de influencia, para dar seguimiento a este asunto y buscar revertir este clima de violencia, tratando de prevenir que el fenómeno se extienda y tome otras características de mayor afectación así como consecuencias.
La funcionaria que acudió a la clausura del taller “Mujeres Trabajando por la Paz” en la comunidad de Huejotengo del municipio de Ocuituco, en representación de la directora del Instituto de la Mujer para el Estado de Morelos, Erika Cortés Martínez, dijo que existe el compromiso del organismo de continuar con el acompañamiento a esta comunidad y otras con el apoyo del DIF municipal para promover un clima de paz en las poblaciones.
Comentó que los habitantes de dicha comunidad destacaron la necesidad de acciones para evitar la violencia que en esa población “está a la orden del día”.
Araceli Robles, acompañada de la presidenta del DIF del municipio, Catalina Ferreira de Campos, y de la titular de la Instancia Administrativa de la Mujer, María Virginia de la Cruz Hernández, dijo que “existe preocupación por parte de la titular del IMEM en que cada vez lleguemos a más mujeres con este tipo de talleres para promover la paz, los valores, el perdón y la reconciliación, para que haya comunidades y familias unidas y por ende una mejor sociedad y un mejor gobierno”.
Araceli Robles expuso que dicho taller que se ha impartido en varias comunidades consta de cuatro pláticas: “El papel de la mujer en la construcción de la paz; el manejo del conflicto; el perdón, encuentro personal; la reconciliación”.
Comentó que hasta ahora han tenido reportes de este caso concreto de niñas que se hieren a sí mismas y que forman parte de pandillas, pero comentó que a nivel nacional se tiene conocimiento de que este fenómeno es cada vez más común en las mujeres en relación con años anteriores cuando ese tipo de interacción y clima de violencia se observaba en mayor medida en varones.