Taxistas son afectados por la pandemia, inseguridad y el servicio de plataformas.
Juan, quien lleva más de 30 años trabajando como chofer de taxi, lamenta que en los últimos meses la clientela haya bajado hasta en un 50 por ciento por la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria y también porque -afirma- cada día hay más conductores que ofrecen el servicio por medio de aplicaciones de teléfono.
Dice que agarró el volante cuando cumplió 18 años porque en ese entonces los ingresos eran buenos, pues trabajaba casi todo el día porque no se percibía tanto la situación de violencia. Sin embargo, en los últimos años tuvo que reducir su jornada laboral y optó por no salir ni tan temprano ni tan tarde.
Agradece que a la fecha no ha sido víctima de asaltos, pero uno de sus compañeros le dijo que hace unas semanas una pareja lo abordó en la colonia Tres de Mayo, en Emiliano Zapata, y cuando dejó a la señora en su casa, el hombre pidió al taxista llevarlo a otra dirección, pero más adelante junto con otros sujetos lo asaltaron a punto de pistola.
Por esa situación, dijo que empieza a trabajar alrededor de las ocho de la mañana y termina a las cinco de la tarde, para evitar algún atraco, ya que, de por sí la pandemia dificulta reunir el dinero de la cuenta, porque con mucho esfuerzo realiza entre seis y ocho viajes.
“Yo me protejo con el cubrebocas, pero no puedo negar el servicio porque la situación está muy complicada. Además, si no me llevo al cliente alguien más se lo llevará y ahorita lo que hace falta es el dinero”.