Entre vecinos se apoyan en Acapantzingo para no dejar de vender.
“Llevo aproximadamente una semana vendiendo pero no hay nada de ventas”, aseguró Graciela Sánchez Díaz, quien ahora se dedica a vender tamales en el poblado de Acapatzingo, en Cuernavaca.
La comerciante informó que sus problemas financieros han aumentado desde el inicio de la pandemia: “mis hijos han tenido muchos problemas en los trabajos. Es más fácil correrlos a pesar de que no tengan la enfermedad y por eso decidí apoyarlos, vendiendo tamales para juntar para la comida”.
Entrevistada por La Unión de Morelos, la entrevistada dijo que las ventas son escasas porque la gente no sale a la calle: “aquí a veces en la mañana no hay ni un alma y se supone que en las mañanas es cuando la gente busca más los tamales o el atole calientito. En las noches no conviene vender porque hay más inseguridad. La pandemia nos afecta por todos lados”.
“Hay días que entre vecinos nos cooperamos para comprarnos entre nosotros. Tratamos de apoyarnos porque ahorita tenemos mucha afectación todos” comentó Graciela Sánchez Díaz.