Iván trabaja desde hace tres años como conductor de Uber y Didi, un servicio de transporte que se ofrece por medio de una aplicación de teléfono, y dice que durante su jornada laboral le ha tocado lidiar con clientes ebrios que se bajan del vehículo sin pagar por el servicio.
Aunque los casos de este tipo son pocos, dice que prefiere que los clientes realicen su pago de manera electrónica y no en efectivo, porque si la plataforma detecta más de tres casos donde el cliente se va sin pagar, empieza a desconfiar del conductor, aunque la culpa no sea de ellos.
“Una vez unos chavos venían tomados y cuando llegamos a su domicilio se bajaron del carro; dijeron que ahorita me pagaban y se fueron. En esos casos no sé qué pasa con su cuenta, pero creo que la aplicación les hace el cobro en su siguiente viaje, pero sí son situaciones feas que se viven aquí”.
Por la pandemia, y para evitar contagios del virus, todos los días utiliza el cubrebocas y gel antibacterial, además niega el servicio a personas que no lo llevan puesto, porque dice que de sus conocidos por lo menos dos se infectaron.
El entrevistado platica que por la emergencia sanitaria al día realiza pocos servicios, y sus ingresos varían entre 200 y 300 pesos diarios, los cuales alcanzan para pagar servicios en su caso, pero no para realizar el pago de sus tarjetas en el banco.