El cierre de las escuelas afectó su actividad como costurera.
Arely García, quien se dedica a la confección y venta de ropa en la colonia El Empleado de Cuernavaca, asegura que los cubrebocas de tela que fabrica la han salvado de cerrar su negocio.
“Antes de la pandemia confeccionamos y vendíamos ropa. Ahora ha decaído mucho este trabajo. Hubo un tiempo que pensamos en cerrar pero se nos ocurrió hacer cubrebocas para vender y gracias a Dios nos ha ido bien”, dijo Arely.
La costurera informó que se ha vuelto muy complicado conseguir insumos: “viajábamos a la ciudad de México para comprar todo lo necesario para el trabajo porque aparte nos salía mucho más barato. La verdad ahorita no nos atrevemos a ir porque no queremos correr riesgo de contagiarnos. Ahora tenemos que comprar aquí las cosas y salen más caro ya que aquí no podemos comprar por mayoreo y en la ciudad sí”.
La entrevistada comentó que la confección de uniformes escolares se ha detenido. “Teníamos muchas composturas de los uniformes escolares. Nos traían los pantalones para reparar el cierre o hacer bastilla, coser las bolsas o cosas así, pero ahorita como ya no van a la escuela pues ya nadie trae sus uniformes. Es una fuente menos de trabajo”.