Por la inseguridad trabaja hasta las siete de la noche.
Julio César tiene un negocio familiar de transporte de carga, pero con la pandemia del covid-19 la clientela para ese servicio disminuyó casi en un 70 por ciento, por lo que para no endeudarse con créditos que no podrá pagar, mejor se registró como repartidor de comida por medio de la plataforma de Didi, para obtener ingresos extras.
Mientras espera que le surtan un pedido afuera de una taquería en el centro de Cuernavaca, platica que en este trabajo la demanda también bajó hasta en un 50 por ciento, por lo que al día con mucho esfuerzo realiza diez entregas en una jornada de ocho horas.
Sus ingresos económicos diarios como repartidor de comida son de 500 pesos, de los cuales un porcentaje es para la comisión que cobra la plataforma, otro tanto para la gasolina de su moto y lo demás para comprar lo necesario para la alimentación de su familia.
“Yo tengo un negocio que presta servicio de transporte. Por ejemplo, entregamos medicamento a las farmacias, puertas eléctricas a los hoteles y más, pero con la emergencia sanitaria todo se detuvo; no hay trabajo y necesitamos dinero”.
De su trabajo en Didi señaló que por la situación de inseguridad labora solo hasta las siete de la noche y además evita entrar a colonias como Lagunilla y la Carolina, en Cuernavaca, donde le dijeron que se ha registrado un alto número de asaltos a repartidores de comida.