Por la situación de inseguridad que se vive en el estado, Alan, quien trabaja como repartidor de comida por medio de la plataforma de Didi, contó que después de las siete de la noche pide a un amigo lo acompañe a entregar los servicios de alimentos que solicitan los clientes, para evitar ser víctima de un asalto.
Alan tenía un trabajo en una empresa, pero cuando llegó la pandemia del covid-19 fue despedido, y al contar con una motocicleta decidió registrarse como repartidor de comida hace tres meses, para apoyar con los gastos económicos a sus papás.
Sobre su trabajo refirió que hay días en los que le va bien y realiza hasta quince servicios trabajando de las nueve de la mañana a las nueve de la noche, por lo que sus ingresos son de entre 200 y 300 pesos diarios.
Agradeció que hasta el momento no ha sufrido alguna situación de inseguridad; sin embargo, evita algunas colonias como Satélite, Antonio Barona y Lagunilla, en Cuernavaca, y otras de Temixco y Emiliano Zapata donde, según sus compañeros, se han registrado robos de motocicletas y asaltos.
“No me ha pasado nada malo, pero mis compañeros dicen que hay varias colonias peligrosas y a estas mejor no entramos. Yo a veces sí entro después de las siete de la noche, pero le pido a un amigo que me acompañe y así me siento más seguro”.
El entrevistado señaló que por el momento seguirá en su trabajo de repartidor y cuando pase la emergencia sanitaria buscará otro empleo con prestaciones y seguro social.