Sus ingresos como chofer de taxi apenas alcanzan para comer.
En septiembre del año pasado, Miguel Soto solicitó un préstamo para comprar un vehículo, sin embargo, dice que por la contingencia sanitaria del covid-19 desde marzo dejó de pagar el crédito, porque sus ingresos como chofer de taxi son insuficientes y apenas alcanzan para comer.
Afirma que antes de la pandemia del covid-19 sus ingresos eran de hasta 400 pesos diarios, libres de cuenta y combustible, pero en los últimos meses con mucho esfuerzo logra reunir 200 pesos al día, los cuales utiliza para pagar servicios como luz y agua y comprar lo necesario para la alimentación de su familia.
Su experiencia frente al volante es de 30 años, sin embargo, lamenta que hasta la fecha no ha recibido ningún apoyo económico por parte de las autoridades estatales o municipales para hacer frente a la crisis económica que dejó la pandemia.
El entrevistado refiere que por la emergencia sanitaria y la falta de apoyos tuvo que solicitar varios préstamos, porque tiene una hija que depende económicamente de él y necesita dinero para pagar sus estudios.
Además, dice que para los taxistas “su fuerte” son las clases presenciales, por lo que vislumbra una situación económica que seguirá al menos hasta el otro año.
“….. pues no queda de otra, hay que seguir trabajando porque ahorita hay de dos: trabajar para pagar deudas o para comer”.