Trabaja todos los días más de 12 horas.
Una pata de venado que cuelga del espejo retrovisor de su taxi llama la atención de los pasajeros. Don José, el conductor, explica que es un amuleto para la buena suerte y para que no falte el trabajo.
Dice que hasta el momento le ha funcionado porque durante la contingencia sanitaria del covid-19 no se quedó sin empleo y al día realiza por lo menos diez servicios.
Dice que el amuleto lo acompaña desde hace siete años y afirma que le ha traído buena suerte, porque el dinero que obtiene como taxista le alcanza para comprar lo necesario para la alimentación de su familia y no endeudarse con dinero que después no sabe si podrá pagar.
“Yo trato de sobrevivir con los ingresos diarios, a veces es muy poco, pero alcanza para la comida. Por eso digo que la pata de venado me da buena suerte. También me defiende de las malas vibras y de la inseguridad, y gracias a dios hasta el momento no he sufrido asaltos como mis compañeros que les quitan hasta el vehículo”.
Su experiencia frente al volante es de 24 años y refiere que actualmente por la contingencia sanitaria el servicio de taxi ha disminuido, en parte por la crisis económica. Sin embargo, también afecta que cada día hay más taxistas y conductores que ofrecen el servicio de transporte privado por medio de las aplicaciones de teléfono de Uber y Didi.
El entrevistado refiere que actualmente, en un día, realiza entre ocho y diez viajes en una jornada de 12 horas de lunes a domingo, por lo que sus ingresos económicos son de 100 a 200 pesos diarios. Además, entrega 200 pesos de cuenta y una cantidad similar para el combustible.
De su labor, platica que por la inseguridad que se vive a nivel nacional evita dar servicio a personas que van a colonias como La Estación en Cuernavaca y en las calles aledañas al mercado Adolfo López Mateos porque “la gente se ve mala”.