Durante su jornada regala cubrebocas a los pasajeros que no lo usan.
Daniel Ramírez trabaja como músico y vende artesanías afuera de la Catedral de Cuernavaca, sin embargo, por la contingencia sanitaria del covid-19 y la falta de ingresos económicos tuvo que buscar otro empleo, para solventar gastos en su casa.
De su trabajo como chofer de taxi cuenta que algunos pasajeros se niegan a usar el cubrebocas y hasta se ofenden cuando les obsequia uno con el argumento de que “cuando te toca, te toca”.
El entrevistado refiere que por la crisis económica trabaja de lunes a domingo y en ocasiones también durante la madrugada porque hay días en los que con mucho esfuerzo logra reunir 250 pesos para la cuenta, otros 200 para el combustible y 100 pesos para él.
Afirma que durante su jornada laboral usa el tapabocas, pues aunque afortunadamente nadie de sus conocidos se ha contagiado, su esposa es enfermera y le dice que es necesario protegerse para evitar contagios de covid-19.
“Empecé (como chofer de taxi) hace dos meses porque ahorita no hay eventos para los músicos y las artesanías tampoco se venden. Tengo un puesto en la calle Matamoros de Cuernavaca, junto al banco, y a veces también me instalo en la Catedral; ahí vendo collares y pulseras, pero ahorita en contingencia no se venden, por eso decidí buscar otro empleo”.
Dice que como músico tocaba principalmente en eventos culturales y fiestas con grupos versátiles. Sin embargo, por la contingencia no hay trabajo ni apoyos económicos para este sector, y recuerda que desde que llegó la pandemia en la colonia donde vive, León Gaspar, entre Cuernavaca y Temixco, solo les entregaron dos despensas.