Ronaldo Villa trabaja desde hace siete meses como repartidor de comida por medio de la plataforma en línea de Uber Eats y dice que por la contingencia sanitaria del Covid-19 la demanda del servicio bajó hasta en un 50 por ciento. Por ejemplo, ayer a la una de la tarde apenas había realizado tres viajes, por lo que se quedó a trabajar horas extras, para compensar.
Dice que se registró en la aplicación de Uber Eats porque un familiar lo invitó luego de que se quedó sin empleo a raíz de la contingencia sanitaria por el covid-19.
Refiere que sus ingresos económicos son muy variables, porque en fin de semana tiene más servicios, pero entre semana son pocos.
Cuenta que aunque sus ingresos son escasos de momento son suficientes para solventar gastos en su casa y comprar lo necesario para la alimentación de su familia.
Agradece que hasta el momento no ha sufrido ningún accidente vial y tampoco ha sido víctima de la inseguridad, pero evita entrar en algunas colonias como la Lagunilla y la Antonio Barona, donde -según le dijeron sus compañeros repartidores- los han asaltado. En ocasiones los amantes de lo ajeno solo se llevan el teléfono celular pero en otros casos hasta la motocicleta.
"Está bien feo para entrar a algunos lugares y aun así los clientes quieren que dejemos el pedido hasta su domicilio. Yo trato de evitar esos lugares o les digo que lo voy a dejar pero que salgan a la calle y al menos nos hagan señas porque ellos dicen que la situación está tranquila, pero uno nunca sabe y desconfía de todo por la situación".