Alejandro trabaja como repartidor de comida por medio de la plataforma en línea de Uber Eats, y afirma que durante la pandemia por el covid-19 los asaltos a repartidores y robos de motocicletas se incrementaron principalmente en colonias como la Lagunilla, Antonio Barona, Satélite, avenida Domingo Diez y colonias de Jiutepec.
El entrevistado dice que ha sido víctima de tres intentos de asaltos por parte de personas que se hacen pasar por clientes con cuentas falsas, realizan pedidos después de las 11 de la noche y en la aplicación de Uber señalan que su pago será en efectivo, y cuando el repartidor está cerca del lugar dejan de responder mensajes y llamadas telefónicas.
“En mi caso me han querido asaltar en calles muy oscuras de las colonias la Lagunilla, Antonio Barona y la Satélite, pero yo siempre estoy a las vivas y nunca apago la moto; estoy viendo para todos lados porque cuando el cliente no contesta tenemos que esperar hasta entregar el pedido. En estos casos me quedo sobre la avenida y si veo que me hacen señas avanzo, pero cuando se me acercan otras personas mejor me voy hasta llegar a un lugar seguro”.
En los intentos de asalto, señala, se comunica al área de soporte de la empresa; sin embargo, Uber no se hace responsable por robos, y el seguro con el que cuenta el repartidor sólo es válido en accidentes viales de viaje en curso.
Alejandro también ha sufrido tres percances con automovilistas que -dice- no respetan el semáforo rojo y le avientan el carro. A pesar de todo lo que le ha ocurrido en su trabajo, él se mantiene como repartidor de comida para ahorrar dinero y retomar sus estudios universitarios, que suspendió por la contingencia.
De su trabajo cuenta que empezó hace más de un año, y en ese tiempo le iba bien económicamente, pero con la contingencia sanitaria el servicio bajó hasta en un 60 por ciento, porque la mayoría de los negocios cerraron sus puertas y para sobrevivir incrementó a 15 horas su servicio para poder llevar al menos 350 pesos a casa.
Con el cambio de color en el semáforo epidemiológico el servicio aumentó un poco, y actualmente sus ingresos son de hasta 500 pesos diarios trabajando de lunes a domingo.
Dice que sus compañeros registraron al menos diez robos de motocicleta durante la pandemia, y los cuales ocurrieron en avenida Domingo Diez y en plaza Cedros, de Jiutepec. En estos casos los asaltantes van a bordo de un taxi y a punta de pistola les quitan la moto.