Trabaja como repartidor de comida por medio de la plataforma desde hace un año.
Hace dos semanas mientras se dirigía a entregar un pedido de comida que el cliente pidió por medio de la aplicación de teléfono de Uber Eats, David Rojas tuvo un percance con su motocicleta, por lo que le fue imposible llegar a tiempo y -dice- en lugar de recibir el respaldo de la empresa esta lo dio de baja, por lo que hace unos días se registró en la plataforma de Didi Food.
Hace un año se registró en Uber Eats y meses después hizo lo mismo en Rappi, pero tras su despido de Uber, hoy solo puede trabajar en Rappi porque Didi Food todavía no está activa en Morelos, aunque varios restaurantes ya se afiliaron.
Dice que cuando empezó a trabajar como repartidor de comida sus ingresos eran de hasta mil 700 pesos a la semana, sin embargo, con la pandemia del covid-19 con mucho esfuerzo logra reunir entre 300 y 400 pesos, porque hay días en los que apenas puede realizar entre ocho y nueve servicios trabajando más de diez horas.
Antes de la contingencia -explica- realizaba hasta 25 viajes y hoy para poder llevar dinero a casa trabaja toda la semana, pues ante la situación económica no puede darse el lujo de descansar uno o días a la semana, como lo hacía antes de la emergencia.
“Hace como dos semanas se me ponchó una llanta de la moto y por eso no pude entregar la comida, me comuniqué al área de soporte de la empresa Uber Eats y ahí me dijeron que no había problema, que me quedara con la comida, pero al otro día mi cuenta ya estaba bloqueada y ya no pude conectarme porque me dieron de baja”.
El entrevistado refiere que su trabajo como repartidor es arriesgado porque están expuestos a sufrir algún accidente y la aplicación (la empresa para la que trabaja) no responde. Además, si no entrega a tiempo los pedidos de comida los castigan dos horas sin servicio, lo que considera que es una situación injusta, ya que en ocasiones por el tráfico o la lluvia no pueden llegar a tiempo.
“Los clientes se quejan mucho pero no se ponen a pensar en las situaciones a las que se enfrenta el repartidor. Incluso, la gente inconsciente nos pide llevarles dos garrafones de agua y no se imaginan que no podemos llevarlos en la moto; la gente no entiende y se enoja, y aunque en la aplicación Rappi dice que cuenta con servicio para llevar en vehículo, pero no todos traemos vehículo, algunos andan en bici y otros hasta a pie”.