También a los radiotaxis se les redujo el trabajo.
Hace cuatro años, José de Jesús enfrentó una crisis económica por la competencia de Uber, un servicio de transporte que se ofrece por medio de una aplicación, pero, afirma, nunca vivió una situación como ahora que el servicio bajó en un 80 por ciento a raíz del covid-19.
José de Jesús Gutiérrez Reyes es chofer de un radio taxi desde hace 15 años que, para compensar su economía afectada por la contingencia sanitaria, ofrece sus servicios “de calle” -esto es, a personas que piden la parada en la vía pública, como un taxi normal- de los cuales realiza unos siete al día y cuatro de la central.
Además ofrece sus servicios a dos empresas ubicadas en Jiutepec para transportar a loss trabajadores hasta su domicilio.
“Ahorita, gracias a Dios, tengo trabajo en dos empresas que nos pidieron el servicio para llevar a sus trabajadores hasta su casa, porque no quieren que se vayan a contagiar si se van en la ruta; ellos nos pagan con vales y nos piden que llevemos las unidades sanitizadas, que usemos cubrebocas y gel antibacterial”.
A decir del taxista, en esta época los robos de vehículo se incrementaron, ya que la contingencia provocó el desempleo.
“La violencia se ha desatado porque hay desempleo y todo está cerrado. Eso orilla que la gente consiga (busque) dinero rápido; yo hasta el momento no he sufrido por la delincuencia porque nos apoyamos con los compañeros del radiotaxi, pero otros compañeros nos han dicho que sí les han tocado los robos”.
La organización de radiotaxis para la que labora cuenta con 120 autos, aunque algunos choferes detuvieron sus unidades para resguardarse en casa, pues padecen enfermedades como diabetes e hipertensión, aunado a que pueden pasar horas sin agarrar pasaje.
Dice que en su jornada laboral no se ha encontrado con pasajeros enfermos. No obstante, como medida de prevención hace uso constante de gel antibacterial para evitar un posible contagio de coronavirus.