Desde hace un mes, el servicio de transporte de pasajeros está paralizado, asegura Jorge
Jorge Eduardo Bravo es conductor de Uber, un servicio de transporte privado que ofrece por medio de una aplicación de telefonía celular; sin embargo, afirma que desde hace un mes no realiza un solo viaje, porque la oferta es mucha y los clientes son pocos, por lo que decidió ofrecer servicio a domicilio.
Aunque su familia le pide no exponerse al ambiente externo porque el virus anda en todos lados, él dice que no puede dejar de trabajar, porque tiene una hija de 10 años que depende de él y el Uber es su única fuente de ingresos.
El hombre, de 52 años de edad, cuenta que a consecuencia de la pandemia, actualmente se puede ganar hasta 500 pesos al día trabajando con clientes frecuentes, a quienes les hace las compras del supermercado, medicamentos y más. De lo contrario, no tendría dinero que llevar a casa, ya que hay días que espera hasta dos horas y no tiene servicios.
En 2015 concluyó su trabajo en el servicio público y por meses estuvo buscando empleo, sin éxito, así que decidió probar lo que en ese entonces era la novedad: el servicio de Uber. Cuando inició, las ganancias eran buenas, y había mayor seguridad que en el servicio de taxi.
“Es un trabajo noble. Ahorita nos va mal por la contingencia, pero hay días que podemos ganar hasta 500 pesos libres, trabajando unas 10 horas al día”.
A decir de Jorge, hay días que activa sus servicios en la aplicación, pero pasan hasta dos horas sin que le llegue un viaje. Por eso optó por ofrecer servicio en redes sociales, de los cuales, al día reúne unos 20 y, en ocasiones, también hace viajes hasta Toluca, Estado de México.
En este trabajo también ha tenido malos ratos, pues le han tocado pasajeros que se van sin pagar, y cuenta que sus compañeros han sido víctimas de asaltos; por eso, él rechaza viajes que son largos y cuando detecta que el usuario es cliente nuevo en Uber, porque –dice- son los más peligrosos.
Para hacer frente a esta situación, junto con sus compañeros crearon un grupo de WhatsApp para mantenerse en contacto, ya que algunos han sufrido asaltos en colonias como Lázaro Cárdenas, en Temixco, y en colonias de Cuernavaca.
“Yo prefiero ofrecer el servicio por las redes sociales, porque hay mucha gente que no puede salir y necesita que alguien le haga sus compras, pero también he visto que muchos no respetan la cuarentena y andan en la calle; algunos hasta en bares que están abiertos, como en Ocotepec y Ahuatepec (norte de Cuernavaca)”.