Misael Martínez lleva poco más de un mes como chofer de la ruta-combi 19 pero ante la contingencia por el coronavirus piensa dejar su trabajo para estar con su familia, porque la situación en el sector trasporte cada día está más difícil.
Su jornada empieza a las seis de la mañana y termina a las nueve de la noche, pero ni trabajando 15 horas al día junta el dinero necesario que alcance para pagar la cuenta, la gasolina y para comer.
Ante la contingencia sanitaria por el covid-19 su patrón le proporcionó un cubrebocas para su protección personal así como un atomizador con desinfectante para limpiar su unidad, desde el pasamanos hasta los asientos y puertas, una labor que realiza en cada vuelta.
También lleva una botella de gel antibacterial para los pasajeros que suben a la combi y otro para él, sin embargo, considera que no es suficiente porque está expuesto casi todo el día y en contacto con al menos 100 personas.
Por eso, Misael piensa en dejar la combi esta semana y vivir con los pocos ahorros que tiene y los cuales, espera, alcancen para la alimentación de sus dos hijas, de 16 y 22 años, y su esposa.
Misael descansa martes y viernes porque la demanda del servicio bajó en un 70 por ciento. Además, de los 90 carros que tiene la Ruta 19, 25 están parados en la base y otros cinco descompuestos, por lo que al día salen a prestar el servicio unos 60 choferes.
“Mi familia dice que ya no trabaje porque puedo infectarlos a ellos, y eso haré: le diré al patrón que voy a dejar el carro y que busque a otro chofer para que no se quede parado el carro”, afirma Misael.
Al concluir su jornada y antes de saludar a los suyos, se rocía con alcohol en todo el cuerpo, luego se quita la ropa y se da un baño para después cenar y platicar sobre su día con su familia.
Misael tiene 50 años de edad y agradece que hasta el momento no ha presentado ningún síntoma de este mal, como tos, gripa o fiebre, porque dice tienes años de no enfermar.