El operador de “Ruta de la Salud” señala que las personas sanas se niegan a ceder el asiento en el autobús para discapacitados.
Martín lleva dos años trabajando como chofer en una de las cuatro unidades de la llamada “Ruta de la Salud” que hay en Morelos y ha sido testigo del actuar de los jóvenes, que fingen estar dormidos para evitar ceder el asiento a los adultos mayores o con alguna discapacidad, a pesar de que estas unidades fueron creadas con ese fin.
“En la actualidad se perdieron los valores, principios y cultura humana”, dice Martín Adalberto Abarca Melgoza, con más de 20 años de experiencia como conductor del transporte público.
El entrvistado habla del trato amable que ofrece a los usuarios porque tiene a su padre con vida y no desearía que su progenitor recibiera malos tratos por ser mayor de edad.
“Me da tristeza decirlo pero es la cruda realidad. Hay personas normales que suben a la unidad y cuando una persona con discapacidad o de la tercera edad aborda les pido que les faciliten el asiento a los usuarios; me da coraje y tristeza, me gana el sentimiento, porque tengo a mi padre con vida y no me gustaría que le hicieran eso”.
Los pasajeros no ceden el asiento a las personas con capacidades diferentes con el argumento de haber pagado por su pasaje y además lo han reportado al menos en tres ocasiones con su jefe directo, por lo que Martín ha recibido llamadas de atención.
“Las personas se voltean a la ventana o se hacen los dormidos y si se les pide de favor que les brinden el asiento de forma grosera dicen ‘con la pena pero yo pagué el pasaje y me voy sentado’”, comenta Martín casi al borde del llanto.
En 2018 se incorporó a la empresa Pullman de Morelos luego de trabajar en autobuses de turismo, Ruta 20 y en una empresa refresquera. Recuerda que cuando empezó a trabajar existían las unidades llamadas Chapulines, que posteriormente se fueron innovando.
El chofer debe dar buen trato al usuario en cualquier tipo de unidad sin importar si son vehículos para personas vulnerables o a la población en general, asegura, y resalta que en la línea de autobuses de la salud el trato debe ser mejor porque a la unidad suben personas con silla de ruedas, minusválidas o recién operadas.
¿Qué significa para usted ser chofer?
“Es un oficio que desde pequeño lo tengo en la sangre porque toda mi familia fue chofer. Empezó mi abuelo y luego mi padre. Antes fui taxista pero siempre me fijaba otras metas para poder ascender y me propuse subir de categoría a camionero, autobusero y así hasta llegar más lejos”.
Como chofer, esposo y padre recalca el amor que tiene a su trabajo porque le ha dado de comer a su familia y sirvió para costear el estudio de sus hijos. Se siente agradecido porque su esfuerzo y años de trabajo dieron buenas cosechas y nunca faltó un pan en la mesa y a sus hijos no les faltó preparación escolar.
Procreó tres varones, de los cuales se dice orgulloso porque cada uno agarró su camino en la vida profesional; el menor es administrador de empresas, el segundo es luchador profesional y el mayor trabaja en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Martín comparte el vehículo con uno de sus compañeros. Su recorrido empieza a las 6 de la mañana y concluye a las 8 de la noche, el trayecto pasa por el hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el Hospital del Niño Morelense y el Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) Morelos.
Este programa fue propuesta del Sistema DIF Morelos y empezó a operar en octubre de 2016 como un circuito de transporte gratuito para los grupos más vulnerables pero después por la alta demanda de los centros de salud ubicados en la zona sur de Morelos la empresa Pullman y el DIF lograron un acuerdo para permitir el acceso a la población en general.