De esta manera se sumaron a la denominada "marcha de la dignidad nacional. Madres buscando a sus hijas e hijos y buscando verdad y justicia", que se realizó en la Ciudad de México y varias ciudades del país.
Aquí en Cuernavaca el grupo inició su caminata frente a la sede de la Fiscalía General del Estado, siguió por la avenida Emiliano Zapata, hasta llegar por avenida Obregón a El Calvario. Avanzó por Matamoros frente al Congreso local y siguió hasta el Monumento a la Madre, ubicado en la avenida Humboldt, donde depositaron ramos de flores. Para finalizar el trayecto arribaron a la ya conocida "ofrenda a las víctimas de la violencia", ubicada a las puertas del Palacio de Gobierno.
Ahí ya aguardaba un grupo de mariachi, que entonó la canción "Amor eterno", lo que evidenció aún más las lágrimas contenidas de quienes fueron testigos del dolor de las y los familiares de personas que están "desaparecidas", que fueron secuestradas o asesinadas.
El llanto no pudo contenerse cuando las mamás hicieron "el pase de lista", al gritarse al menos 30 nombres y la respuesta a una voz: "Presente".
"El dolor del parto no se compara con el dolor de perder un hijo"; "exigimos verdad y justicia"; fueron algunas de las frases que expresaron en pancartas y lonas. En tanto que otros portaban camisetas con la fotografía de su familiar y la leyenda: "desaparecido".
La movilización de ayer martes fue convocada por el movimiento de víctimas del estado de Morelos (en el que ya participan al menos 70 familias) y la organización social Coalición Regional Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, y participaron integrantes de otras agrupaciones como la Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDH) y ciudadanos en general.
"Hoy 10 de mayo en lugar de celebrarlo con un mole o con algún otro guiso en nuestros hogares, seguimos aquí en la lucha para que sepas hija e hijo que te seguiremos buscando hasta encontrarte y que seguiré luchando porque se te haga justicia", manifestaron en su desplegado, al que se le dio lectura tanto a las puertas de la fiscalía como en la ofrenda, ya en el zócalo de Cuernavaca.
"El vivir con un ser querido ausente o en la búsqueda de hacer justicia, nos mata día a día. Nos mata en nuestra economía, pero más nos mata en la ansiedad de que pasan los minutos, las horas, los días, los meses y en muchos casos los años, esperando a que toquen la puerta y termine este dolor", expresaron. Además de señalar que "lo mismo sucede con las madres de las y los secuestrados, de las y los asesinados. Cuando los buscamos y esperamos justicia, una justicia que por tardía no es justicia".
Finalmente al reclamar la reparación integral, manifestaron que las indagatorias y las actuaciones judiciales por parte de las distintas instancias y de los diferentes niveles de gobierno, en la mayoría de los casos siguen sin avances.