Ayer, entrevistado por medios de comunicación, Guadarrama Carreño detalló que su dimisión obedeció a las múltiples actividades académicas y su reciente certificación como mediador por parte del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, lo cual incrementará su carga de trabajo e implicará viajar constantemente a la capital del país.
Dijo que en un acto de congruencia y respeto hacia sus compañeros abogados, es que determinó que lo mejor sería ceder la presidencia.
Indicó que el pasado 7 de noviembre durante la asamblea ordinaria de la Asociación de Abogados Penalistas comunicó su decisión de declinar irrevocablemente a la presidencia, por lo que los miembros de la organización deberán determinar si Cebada Ochoa es nombrado presidente o si se convoca a renovación de la dirigencia.
Uriel Guadarrama Carreño, maestro en Derecho y recientemente certificado como mediador por el TSJ del Distrito Federal, tomó posesión como líder de los penalistas el 14 de diciembre de 2010 por un periodo de dos años. Sin embargo, por razones académicas y de trabajo decidió declinar a la presidencia.
De acuerdo con los estatutos de la Asociación de Abogados Penalistas, en caso de renuncia del presidente será el vicepresidente quien asuma el cargo de manera provisional o interina, hasta que la asamblea determine si lo ratifica o nombra a un nuevo representante.
Con base en ello, la tarde de ayer se llevó a cabo una asamblea extraordinaria en la que los abogados penalistas decidieron nombrar como presidente a Alberto Cebada Ochoa, quien hasta hace unos días ocupaba la vicepresidencia de la mesa directiva de la asociación.
1 comentario
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