Señoras y señores:

El día de hoy les exhorto a adherirse a este Pacto por Morelos.
 
El Gobierno del Estado, el Poder Legislativo, los gobiernos municipales, los representantes del sector obrero, campesino y popular, así como los empresarios, reconociendo la dimensión social del capital, coinciden que frente a una emergencia como la que vivimos las diferencias políticas y los intereses privados deben dejarse de lado, a fin de reconstruir a la entidad como un espacio viable de supervivencia y desarrollo. En este entendido, reconocemos lo siguiente:
 
Que este pacto es la respuesta de la sociedad morelense, como un todo, para reconocer la magnitud de la afectación en la salud y en la economía de las familias, las empresas y los ingresos estatales de los cuales dependen los servicios públicos más elementales.
 
Que junto con este reconocimiento, se asume que todos tenemos la capacidad de hacer la diferencia en la superación de este desafío, pues unión verdadera es solidaridad, y solidaridad es reconocimiento de interdependencia. Todos necesitamos de todos.
 
Que al ser la crisis de dimensión global, habrá fuerzas externas al Estado, nacionales e internacionales, públicas y privadas, que con sus decisiones afecten la dinámica productiva, laboral y gubernamental, a todos los niveles, así como los parámetros dentro de los cuales cada una se desarrolla.
 
Que a su vez, existe un ámbito de autonomía e identidad propias de Morelos, dentro del cual, lo que suceda depende de la voluntad política y de cooperación de todos los que se adhieran, y que es de tal importancia, que puede determinar el desenlace final de esta contingencia.
 
Que en el origen de esta crisis global no hay culpabilidad de ninguno de los sectores ni personas afectadas, pero es responsabilidad de todos hacer esfuerzos presentes para garantizar la sustentabilidad futura de la economía y el empleo en la entidad. En ese sentido, soluciones parciales que impliquen la ruina de unos para garantizar la supervivencia de otros, es inadmisible.
 
Que la exclusión de cualquiera de los sectores público, privado, social y laboral, en la estrategia de reactivación económica y laboral, conduciría a distorsiones y círculos viciosos que serán, en el largo plazo, perjudiciales para todos y muy difíciles de romper.
 
Por todo lo anterior, los firmantes se comprometen a:
 
PRIMERO.- Asumir el compromiso de no convertir esta crisis en una bandera política o de defensa de intereses particulares, sino en una muestra de que cuando hay una amenaza inminente, fatal y general, pueden hacerse a un lado las diferencias para construir alianzas tangibles y determinantes.
 
SEGUNDO.- Poner por encima de la utilidad a corto plazo la necesidad de hacer todos, un esfuerzo transitorio para lograr una recuperación colectiva más pronta y eficaz, de acuerdo con los principios de equidad y empatía, para garantizar la supervivencia de todos durante y después de esta crisis.
 
TERCERO.- Establecer mesas de trabajo permanentes a fin de que puedan armonizarse las peticiones legítimas de todos los sectores, junto con la necesidad de preservar el Estado de Derecho y el bien común. El Estado, la iniciativa privada y los trabajadores se comprometen a hacer todo lo que esté en el ámbito de sus posibilidades para evitar daños y posibilitar la reactivación económica.
 
CUARTO.- El Gobierno del Estado de Morelos asume que es el primero que no puede fallar en el cumplimiento de este pacto, pues es su compromiso con la honestidad, transparencia, austeridad y voluntad política lo que hará posibles la articulación de las demás voluntades y suma de esfuerzos para salir adelante.