El Poder Judicial debe recuperar credibilidad y orden constitucional, afirma.
El magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Carlos Iván Arenas Ángeles, reconoció que aspira a la presidencia del TSJ, que se renovará el próximo 17 de mayo, pero solo formalizará su candidatura si hay condiciones de unidad, para poder implementar un proyecto estratégico para recuperar el diálogo, la credibilidad y el orden constitucional en el Poder Judicial.
En los últimos días, varias organizaciones civiles y de abogados se reunieron con Arenas Ángeles para externar su preocupación por los desencuentros y la crisis por la que a traviesa el Poder Judicial, en víspera del término del periodo de la magistrada presidenta, Carmen Cuevas López.
Agrupaciones como el Consejo Estatal de Abogados le expresaron su apoyo en caso de que decida contender por la presidencia del TSJ, por considerar que cuenta con los atributos como trayectoria judicial, credibilidad, apertura para dialogar y sensibilidad para atender la crisis interna y externa que atraviesa la administración de justicia.
Cuestionado sobre si está en condiciones de formalizar su candidatura, Arenas Ángeles explicó que no es tiempo de un “destape”, pero no negó su intención de competir por la representación del Poder Judicial solo sí se generan condiciones de unidad, tanto en su postulación como para la implementación de un proyecto estratégico para recuperar la credibilidad y el orden constitucional en la institución.
“No podemos generar ahorita un planteamiento de un destape, ha sido la sociedad organizada la que me han (sic) invitado y me han externado que ven un buen perfil en mi persona, y no necesariamente por mi actividad crítica sino simplemente por la trayectoria que he desempeñado en los diferentes cargos.
“Sin embargo, yo no puedo ahorita destaparme, si tengo que reconocer que sí tengo interés, eso sí lo puedo hacer. De hecho ya empecé a hacer un plan de trabajo estratégico que está construido en 17 ejes rectores”, explicó.
Detalló que el proyecto que elabora y que presentará a sus homólogos en vísperas de la elección del nuevo presidente del TSJ, consiste en garantizar la autonomía e independencia de sus juzgadores; retomar la carrera judicial; transparentar las acciones del Poder Judicial; crear un instituto de capacitación y profesionalización para los integrantes del Poder Judicial; crear un instituto de ética y jurisprudencia; retomar la facultad de decisión del Pleno y que la toma de decisiones no recaiga sobre una sola persona; retomar el diálogo y la unidad para resolver los problemas que enfrenta el Poder Judicial; terminar con el hostigamiento y persecución laboral; y recuperar la credibilidad del Poder Judicial en beneficio de la sociedad.
También, dijo, corregir el gobierno judicial a través de una buena administración y disciplina financiera, “porque hoy existe un gran boquete de más de 126 millones de pesos por un exceso en el número de personas que se jubilaron, que prefirieron retirarse antes que continuar siendo blanco de hostigamiento laboral”, que fue la característica de la administración de la magistrada presidenta Carmen Cuevas López.
Recalcó que es necesario terminar con la confrontación que existe entre los Poderes del Estado, pero eso no va a ser posible en una persona.
“Yo lo que estoy proponiendo es un proyecto de unidad, en donde se logre un candidato de unidad con el mayor número de magistrados posibles. Estaré tocando la puerta de cada uno de ellos, para poderles explicar en qué consiste este proyecto y podamos tener las coincidencias.
“Y todo depende de que se generen los consensos y coincidencias para lograr este proyecto, que no es un personal, sino es un plan estratégico de carácter institucional”, recalcó.