La mujer denunció el viernes pasado públicamente a algunos representantes de medios de comunicación que su marido y otra persona habían sido golpeados por un número indeterminado de reos y que no se le dio la atención correcta y a tiempo, ya que presentaba diversos golpes en el cuerpo y tenía ensangrentada e hinchada la cara, motivo por el que fue enviado al servicio de urgencias en el hospital “Ernesto Meana”, pero no hubo médico especialista que lo atendiera, por lo que fue regresado a la cárcel y recibió atención muchas horas después.
De acuerdo con un pariente de esta mujer, el sábado 23, en día de visita familiar, la esposa acudió a ver a su pareja a la cárcel y encontró al director del penal y le reclamó por los golpes que recibió su cónyuge y la falta de atención médica. El reclamo se convirtió en discusión y momentos después llegó una patrulla a la cárcel y la mujer fue enviada a los separos, de los que salió pagando una fianza.
La esposa del interno golpeado convocó a una conferencia de prensa a las 11 de la mañana el sábado 23 de enero, cerca de las instalaciones de la cárcel, pero no llegó porque tuvo miedo de sufrir represalias.
Hasta el momento, la autoridad penitenciaria ha guardado silencio en relación con la golpiza que recibieron los internos, pero de acuerdo con datos recabados, estos actos de violencia pueden tener su origen en el presunto control del penal por parte de algunos grupos de reclusos.