La Subprocuraduría de Justicia en Cuautla poco conoce del avance del caso que se ventila en el Juzgado Penal de Cuautla y sólo está a la espera de que la fiscalía sea notificada de alguna resolución.
Entrevistado al respecto, el subprocurador, Juan Carlos Fontes Jordán, sólo informó que ya se elabora un proyecto de resolución que podría darse a conocer en cualquier momento a las partes involucradas. “Está elaborándose un proyecto de resolución; en estos días está por notificarse a las partes.”
Una vez emitida dicha resolución, las partes involucradas decidirán si la aceptan o se inconforman.
Como se informó en su oportunidad, el estudiante Carlos Javier Aguilar Ortiz –quien cursaba el segundo semestre en el Cobaem de Casasano– perdió la vida el pasado 14 de junio en el interior de su salón de clases en situaciones extrañas, que a la fecha las autoridades no han podido determinar.
Inicialmente directivos y maestros de la escuela dieron la versión de que Aguilar Ortiz había muerto por atragantamiento, al obstruirse las vías respiratorias con alimento; sin embargo, la necropsia reveló que el joven pudo haber muerto violentamente, al encontrarse evidencias de asfixia por compresión toraco abdominal, lo que abrió la puerta a la posibilidad de haya sido víctima de “bullying”, también conocido como “la bolita”.
Para despejar cualquier duda, el 21 de junio la Subprocuraduría de Justicia de la región oriente solicitó a la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) el apoyo para la realización de pruebas periciales en materia de histopatología forense, cuyos resultados no han sido revelados aún.
Asimismo, la Procuraduría General de Justicia ha guardado silencio en relación con el contenido de las declaraciones de los testigos de la muerte del joven. Lo único que ha trascendido por parte de algunos estudiantes del Cobaem es que las autoridades educativas del plantel los obligaron a ponerse de acuerdo en la versión que se daría a conocer en relación con los hechos.
Por las condiciones en que ocurrió el deceso del estudiante y la forma en que se desarrolla en la PGJ y el Juzgado, todo parece indicar que ocurrirá lo mismo que con un caso similar ocurrido en el año 2008, cuando el niño Omar Raid Ríos Rojas, de 13 años de edad, perdiera la vida en el interior de la Secundaria número 3 “Cuautli”, como consecuencia de un castigo aplicado por su maestro de educación física. Dicho caso quedó impune, al no haber castigo para nadie.