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Dejó la escuela; prefirió el volante
Alejandro Rabadán tiene ahora una dinastía dedicada a su profesión de chofer; lamenta ser asaltado.
“Se siente mucho coraje que uno se desvele, se levante a las tres de la mañana para prepararse a salir a trabajar y que estos delincuentes lleguen y nos quiten todo el dinero”, dice Alejandro Rabadán, chofer de la Ruta 19 desde hace 20 años.
En la base de la Ruta, mientras espera su turno para depositar el dinero de su primera “vuelta”, cuenta que a los 16 años dejó la escuela para trabajar como chofer en una línea de autobuses y después se cambió al transporte público porque desde pequeño agarró el gusto al volante.
Es un hombre de 50 años y padre de dos varones que también cambiaron los libros y cuadernos por el volante.
Como padre, afirma, quiere lo mejor para sus hijos, más no se trata de obligarlos “porque no es sano ejercer violencia hacia los menores y mejor deja que trabajen en lo que les guste”.
“A mí no me gustó estudiar, yo sé que los papás siempre quieren lo mejor para nosotros, nos regañan y dan consejos pero cuando no se puede pues no se puede. En mi caso no me gustó la escuela y mis hijos dijeron lo mismo, así que se pusieron a trabajar; cada uno agarró su camión”.
Alejandro se juntó con una mujer cuando cumplió la mayoría de edad y en aquellos años alcanzaban los mil pesos que ganaba a la semana para mantener a su familia. Sin embargo, la economía cambió y el dinero cada vez es menos. Por eso, dice, lo importante es agarrarle amor al trabajo y porque, en su caso, no sabe hacer otra cosa.
Trabaja 18 horas al día debido a que los camiones algunos salen desde las 5 de la mañana hasta las 10 de la noche. Hubo ocasiones en que sus hijos le reclamaron el tiempo que no estuvieron juntos “pero siempre estuvo mamá”, responde Alejandro. Hoy que sus hijos son choferes entienden que la vida de su padre no es fácil.
En los 20 años que lleva como chofer de la Ruta 19 ha sido víctima de al menos cinco asaltos y aunque su jefe le respeta (no se la cobra) esa “vuelta”, en lo personal expresa su coraje y comenta que ha intentado defenderse porque sale a trabajar todo el día para llevar comida a su casa y no es justo que alguien llegue a quitarle todo.
“En una ocasión se subió uno a asaltar, un hombre, y me quitó el dinero, le cerré la puerta y le dije ‘si me regresas el dinero te abro la puerta y sino hasta las últimas consecuencias, pero si me vas a dar un cuchillazo tíramelo a que no me pare, porque si me levanto no sé qué vaya a pasar’. Y me regresó el dinero. Otro día se subieron y nos asaltaron a todos en la madrugada, se fueron corriendo y hasta se veían chistosos porque se llevaron el almuerzo de los pasajeros”.