La madre de Dean McCaw estaba en sus últimos días; el COVID-19 había afectado varios de sus órganos. Así que su hijo grabó una serie de canciones para que ella, sedada, las pudiera escuchar en su lecho de muerte.
En el Condado de Antrim, Irlanda del Norte, Kelli McCaw fue admitida en Terapia Intensiva de un hospital local. Aparte de artritis reumatoide, la mujer de 48 años no tenía otros padecimientos previos, sin embargo el coronavirus provocó un deterioro multiorgánico. Así que fue sedada y no pudo comunicarse vía telefónica con su hijo.
Debido a las medidas sanitarias impuestas a consecuencia del COVID-19, Su esposo y su hijo no podían estar con ella.
Fue entonces que a Dean se le ocurrió grabar varias canciones para luego publicarlas en internet. Así, las enfermeras pudieron ponérselas a la madre convaleciente.
“Nos aseguraron que ella podía escucharlas”, declaró Dean a Sky News. “Solo quería que mi mamá escuchara mi voz”.
Al final de la grabación su hijo y su esposo le decían adiós.
Kelli falleció el 12 de enero. De acuerdo con los doctores su corazón se detuvo mientras escuchaba la voz de su hijo recitando Salmos 46 de La Biblia.
Las últimas palabras que alcanzó a decir a su esposo Stephen cuando la llevaban a la ambulancia fueron: “Te amo”.
Esposo e hijo encuentran alivio en el hecho de que Kelli ya no sufre y agradecen a la vida el tiempo que pasaron con ella.