El ejemplo perfecto lo encontramos en el vídeo que grabó un ladrón que circulaba con una moto robada por las calles de la ciudad canadiense de Calgary y que fue sorprendido por un coche patrulla tras comprobar la matrícula de la motocicleta.
Chase Allen Cromwell es un adicto a las metanfetaminas que roba todo lo que se le pone por delante para costearse sus adicciones. En 2015, mientras circulaba sobre una moto que había robado dos días antes, un coche patrulla le dio el alto a punta de pistola después de que los agentes verificasen la matrícula de su moto, denunciada por robo.
Es entonces cuando comienza una persecución a alta velocidad en la que Cromwell se mete en dirección contraria para intentar burlar al coche patrulla. A la llegada de un cruce, comete el error de meterse en un área residencial, un laberinto que finalmente le conduce a un camino de tierra en el que le será imposible controlar la moto.
Finalmente, el ladrón cae al suelo y emprende la huida a pie, hasta que le alcanza uno de los agentes y le dispara con un táser para detenerle. Según el informe policial, Cromwell se resistió a la detención y llegó a golpear al primer agente con el casco en la cabeza, hasta que su compañero le roció con un bote de spray pimienta y logró esposarle.
Tras ser llevado a juicio, Allen Cromwell fue sentenciado a cinco años de cárcel por haber acumulado 32 delitos en el último año, entre ellos los de posesión de drogas, robo, conducción peligrosa, asalto a un agente de policía y tenencia ilegal de arma de fuego.