Shaun Cunningham, el hombre de la mano salvadora, es uno de esos héroes momentáneos que surgen en Estados Unidos cada cierto tiempo. Él y su hijo, que celebraba este sábado su octavo cumpleaños, estaban viendo en las gradas el partido que enfrentaba a los Atlanta Braves y los Pittsburgh Pirates. En un momento dado al jugador Danny Ortiz se le escurrió el bate de entre las manos y este salió disparado en dirección al público.
@BiertempfelTrib The two frames showing just how close the bat was to the boy's head. pic.twitter.com/7VwnfWp8L1
— Christopher Horner (@Hornerfoto1) marzo 6, 2016
Todo el sector al que se dirigía con violencia el bate descontrolado se percató del peligro. Bueno, todos salvo el hijo de Cunningham, que estaba distraído con el móvil. El impacto era inminente pero de repente surgió el instinto de un padre. "Solo estaba protegiendo a mi hijo. No había mucho tiempo para pensar, solo reaccioné", declaró al Pittsburgh Tribune.
La serie de fotografías de Horner que explican la escena han dado la vuelta al mundo. "Lo único que se interpuso entre el bate y el niño fue el brazo del padre", dijo Horner a The New York Times. El mensaje que puso hace dos días con las sorprendentes imágenes tienen más de 4.000 retuits. Su teléfono no ha parado de sonar desde entonces.
Cunningham, de 37 años, también ha pasado las últimas 48 horas atendiendo a los medios de comunicación de su país: "Ha sido una locura". Tiene algunos moretones en el brazo, pero asegura que mereció la pena. Ha tenido que explicar, en réplica a algunas críticas ácidas en redes sociales, que el niño estaba distraído porque le había sacado una foto a Ortiz que quería enviar a su madre. Sea como sea, el chico tiene suerte de tener un padre con tantos reflejos. | El País