El doctor Dolz, inhabilitado en octubre de 2012 por sentencia judicial, está desaparecido, Dolz destrozó el estómago de decenas de pacientes a los que implantó la banda gástrica
A todas las mujeres con sobrepeso les hacía la misma recomendación: "Vete a comprar un bikini porque a partir de ahora lo vas a poder lucir". Era el cirujano que más bandas gástricas ponía en España "y el que más secuelas ha dejado", matiza la presidenta de la recién constituida Asociación de Afectados por Cirugía Bariátrica, Clara Hernández, quien describe el infierno que viven los pacientes que se sometieron a esta intervención que fija un aro de silicona y titanio en el cuello del estómago para reducir su tamaño.
"Vicente Dolz nos prometía una nueva vida, con un cuerpo mejorado con el que ganaríamos en salud y autoestima", aunque tras la operación de cirugía bariátrica el resultado era el contrario. Hernández hace de portavoz de más de una treintena de personas que sufren dolores abdominales, que duermen sentadas porque el ácido y los trozos de comida les salen por la nariz y la boca, y que piden que la sanidad pública les retire la banda.
Esta dramática situación afecta a más de 3.000 personas que optaron por esta cirugía que, según las promesas del cirujano, acabaría con la posibilidad de sufrir diabetes o colesterol, pero que en la práctica las estadísticas que manejan los expertos demuestran que la técnica que se empezó a aplicar de forma masiva hace ahora una década provoca grandes problemas, como la dificultad para comer en un 82% de los casos, dolores de abdomen en un 56% y reflujos en otro 47%.
"Numerosas personas que sufríamos sobrepeso -hasta 150 kilos- pero carecíamos de la consideración de obesos mórbidosacudíamos al doctor Dolz porque la Seguridad Social nos excluía de los programas de reducción de estómago", destaca la presidenta de los afectados por la cirugía bariátrica. El coste de la intervención ascendía a 7.500 euros e incluía el tratamiento y los ajustes del anillo implantado necesarios durante el primer año.
Su fama trascendió en poco tiempo. El cirujano valenciano se convirtió en el mayor experto en esta técnica. Dolz daba ruedas de prensa para explicar su gran actividad y aseguraba que en la Comunidad Valenciana se implantaron en 2003 el 95% de todas las bandas gástricas colocadas en España y el 22% de los balones intragástricos. El propio Dolz confirmaba que su trabajo había convertido a Valencia en la zona de España en la que se realizaban más implantes de este sistema porque era una de las alternativas "más eficaces" en la lucha contra la obesidad frente a otros tratamientos quirúrgicos "más agresivos" y con "más riesgos".
No obstante, su reputación, que había crecido como la espuma, se desplomó con la misma rapidez. Muchos de los pacientes le denunciaron por mala praxis y Vicente Dolz causó baja en el Colegio de Médicos de Valencia, según ha explicado esta entidad a EL MUNDO, "el 9 de octubre de 2012 por la inhabilitación para ejercer sus funciones clínicas por una sentencia judicial".
Los afectados duermen sentados porque la comida les sale por la nariz y por la boca
Dolz está desaparecido. A partir de ese momento, el desamparo de las pacientes fue absoluto. Ya no podían encomendarse a nadie para que les quitaran la banda que les había destrozado por dentro. "Cuando acudíamos a la sanidad pública siempre nos decían que el mismo que nos había provocado el desastre que lo arreglara", según Hernández, quien recuerda que sólo cuando hemos llegado de urgencias y "cuando nuestra vida peligra de forma evidente nos han intervenido".
Mientras tanto, el calvario continúa para las personas que siguen con la banda en el estómago. María José Rodríguez tuvo que someterse a tres intervenciones y llora cuando recuerda que le era imposible "ingerir carne ni fruta ni verdura, todo se me atascaba pese a masticarlo mucho y básicamente me tenía que alimentar de leche y purés". Esta dieta le provocó anemia: "Me encontraba cada vez peor y no lograba ni adelgazar, al poco tiempo empecé a vomitar cada vez más a menudo, tenía fiebre, mis analíticas eran desastrosas, cada vez más anemia y los marcadores inflamatorios con visitas constantes a Urgencias".
Arrepentida de haber confiado en una técnica que todavía no estaba perfeccionada y que ha convertido su vida en un sufrimiento constante, María José describe que su cuerpo está muy deformado -una cicatriz de 50 centímetros- desde el ombligo hasta el tórax. "Me operé para tener menos dolores y problemas de salud y lo que ha pasado es que vivo muchísimo peor y mi vida se ha convertido en una lucha interminable que dura nueve largos años".
Tras la constitución de la Asociación de Afectados por Cirugía Bariátrica se ha solicitado que la defensa de los perjudicados la lleve el despacho José Domingo Monforte Abogados. El letrado detalla que aunque "ahora es el momento de las víctimas", "vamos a ir caso a caso, ejercitando las acciones individuales de responsabilidad médica por la mala praxis y negligencia".
José Domingo aclara que se defenderá tanto individualmente como de forma colectiva, "reclamaremos la indemnización que les corresponda, adecuada al daño que soportan cada uno de los pacientes. Todo ello sin descartar acciones colectivas por el negocio recaudatorio que formó el doctor Dolz a su alrededor, sin dar las garantías de información, técnicas, ni de seguridad que el implante de la banda gástrica hubiera requerido". [Fuente: elMundo]