La belleza no debe ser lo más importante al momento de escoger una pareja. Si bien el gusto y la atracción física suelen importarle a algunas personas, hay algo mucho más fuerte y relevante que esto, y es la atracción mental.
La belleza con los años se va acabando, y existen otros factores que deben ser más relevantes que un ‘rostro bonito’. Cualidades que se complementen con nosotros, como la inteligencia o el respeto, nos ayudan a evolucionar todos los días junto con nuestra persona amada.
En muchas ocasiones dejamos de lado aquellas cualidades solo por no ser atractivo o lindo, y en muchos casos esto genera decepciones amorosas con el tiempo.
En algunas relaciones el impacto físico no es lo que llama la atención. Al darse cuenta de la atracción mental que existe con la otra persona, cautiva e inclusive enamora. Al momento de entablar un diálogo con alguien y notar que su forma de pensar, de hablar, sus modales, su profesión o inteligencia, son demasiados notables, nos ‘flechamos’ y nos interesamos mucho más, dejando en un segundo plano su aspecto.
De hecho, en muchos casos sales con alguien por compartir un rato, sin ninguna doble intención, ya que no es ‘tu tipo’, pero al momento de empezar a pasar largas horas hablando o compartiendo te das cuenta que te atrae, que te interesa y que desearías poder construir algo más duradero. Esto es mucho más fuerte y contundente.
Cuando comienzas a enamorarte del interior de las personas las relaciones se tornan mucho más fuertes. No hay nada mejor que te ayude a progresar, te haga soñar y te ayude a ser cada día mejor ser humano.
Construir nuestra relación con base a la compatibilidad y atracción mental te dará mejores resultados. Mientras que la apariencia física con los años va esfumándose, la sabiduría e inteligencia crecen con el tiempo, volviéndose personas mucho más interesantes. ¿Te ha pasado?