No, el estilo de Cristiano no es una burla...
Cristiano Ronaldo es hoy criticado como uno de los jugadores más galardonados en el mundo, pero que ha dejado de lado su desempeño y profesionalización balompédica con tal de enfocarse a la construcción de un personaje excéntrico, millonario, adicto a los autos de lujo y ultraestilizado, y que entonces abre lugar a dudas sobre el verdadero valor de sus aportaciones al futbol. A tal grado, que por seguro, ahora mismo circulan más memes y revisiones en la red con respecto a su estilo de vida, que información relevante o enciclopédica de sus méritos futbolísticos. Con cinco Balones de Oro, cuatro Botas de Oro y el único Best que ha otorgado la FIFA —entre otros premios—, el hoy máximo goleador portugués se ha enfrentado a uno de sus mayores retos: establecer un aura de respeto hacia su figura fashionista y mercantilizable.
Y es que su imagen pública y las construcciones ideológicas que se han erigido en torno a ella han hecho más por él, para bien o para mal, que su actividad en la cancha. Tan es así, que justo este 15 de junio de 2018, Cristiano ha aceptado un acuerdo con la Abogacía de Estado por dos años de prisión y el pago de 18.8 millones de euros a Hacienda, tras haber sido denunciado por la Fiscalía de haber cometido cuatro delitos (fiscales) entre los ejercicios de 2011 y 2014 con la tributación de sus derechos de imagen. Sus jugadas lo posicionaron en el ojo de las marcas, pero su aspecto físico y excentricidades estilísticas le han dado visibilidad absoluta, así como una vigilancia extrema a cualquier síntoma de opulencia o quiebre con el papel del futbolista tradicional.
Su apego a las tendencias, su aprecio por la moda, su desvergonzada soberbia y ostentación, su búsqueda por dejar de ser ese deportista ultramacho, sus intentos por ser un male symbolfuera de toda normatividad sexual, le han traído todo lo que es ahora: un sujeto en constante examen por sus sospechosas opulencias, vigilado por sus contratos multimillonarios hasta para anunciar Herbalife y un hombre vilipendiado por el sexo masculino, al no ser el hombre que la heteronormatividad esperaba.
Pero no todo ha sido malo en el look y estilo de Cristiano Ronaldo, no hay por qué pensar que su eterna metrosexualidad –si es que el término puede seguir vigente– no ha aportado nada a los hombres del mundo. De hecho, la conformación del futbolista en aeropuerto o saliendo del vestidor, la consolidación del hombre contemporáneo en blazer y tenis, en mucho se las debemos a él.
Total black y tenis clásicos en completo blanco. Un clásico infalible. El punto aquí es la calidad superior en telas y estructuras que siempre debes buscar.
Otro tradicional: todo en denim, playera blanca, cinturón de diseñador y tenis imperecederos.
El uso de prendas unisex y de materiales sofisticados es otro sello del ganador.
Gafas, accesorios y colores que griten un Miami de los 90 ha sido otra de las grandes apuestas en su guardarropa.
Ese paso que a muchos hombres les cuesta trabajo dar, para Ronaldo no fue ninguna complicación: hacer del momento de compras, un statement de identidad; hacer de las bolsas de boutique, el mejor accesorio en las calles.
¿Cuellos de tortuga? Son esenciales para el futbolista.
Cristiano es la muestra viviente de cómo un outfit casual, tremendamente cotidiano para los hombres del mundo, puede cambiar por completo con un buen corte de cabello y unos lentes de buena figura.
Todo está en el fitting de la ropa.
Y en hacer las cosas como nadie lo haría.
Con el paso del tiempo veremos si a Cristiano le resultan sus intentos por pagar una fianza y escapar de las rejas; mientras tanto, finalizada su participación en el Mundial de Rusia 2018, esperaremos un fashion parade durante todos y cada uno de sus encuentros con la ley. Un desfile de opciones que todo hombre debería darse permiso de intentar, por lo menos alguna vez.