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Firma Cuernavaca el “Acuerdo por La Paz”
Arranca el programa “La Silla Rosa”, que suma fuerzas entre hombres y mujeres por una vida pacífica.
Con el objetivo de promover entre las mujeres y los hombres de Cuernavaca una vida pacífica, la mañana de ayer fue firmado el “Acuerdo por La Paz”, entre la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Tecnología (UNESCO, por sus siglas en inglés), y el Ayuntamiento de Cuernavaca.
El objetivo del “Acuerdo por la Paz” es que todas las familias tengan derecho a vivir dentro de una paz justa y duradera, dentro de un estado de tranquilidad y equilibrio.
El acuerdo fue firmado en el Museo de la Ciudad, en un acto que estuvo encabezado por el presidente municipal, Antonio Villalobos Adán, quien explicó que ese acuerdo representa una gama de posibilidades de dar a los ciudadanos mayores y mejores espacios de desarrollo, estabilidad y justicia, enmarcados en un clima de paz.
El acto fue realizado en el marco del Día Internacional de la Educación, y además de las autoridades municipales estuvieron presentes la embajadora de paz de la UNESCO, y delegada de la ONU, Larissa Navarro Cuevas, junto con Miguel Alcántara Hernández, presidente de ONU-CHDS, quien resaltó la disponibilidad del gobierno de Cuernavaca por sumarse a la campaña “La Cultura de Paz”, pues esta acción no debe ser promovida sólo desde instancias gubernamentales, sino debe ser parte del ejercicio cotidiano en el hogar, la familia, nuestros amigos, el trabajo y desde uno mismo.
La embajadora de la paz, Larissa Navarro, por su parte expuso que el programa de “La Silla Rosa" es un símbolo donde las mujeres tienen la obligación de instruir en la paz a los hijos y la familia, pero también de sumar las voluntades de los hombres que las reconocen como una fuerza pacificadora e incluyente.
Ocotepec pide a visitantes de día de muertos llevar sus propias tazas
Buscan erradicar el uso de unicel; ofrecerán utensilios de barro en las ceremonias ligadas a esos días.
Los pobladores de Ocotepec, comunidad indígena ubicada en el norte del municipio de Cuernavaca, ya no quieren ver cada año sus calles inundadas de unicel, tras la celebración del Día de Muertos.
Por eso, a través de una iniciativa empujada por los vecinos, pretenden retomar el uso de recipientes de barro, como jarritos y cazuelas, para lograr que esta celebración no sólo sea la más importante del estado en estas fechas sino la más sustentable.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de entre las ceremonias de Día de Muertos de todos los pueblos indígenas de México, destaca en el centro del país la de Ocotepec.
Según la tradición, el 31 de octubre y 1 de noviembre se tocan las campanas de las iglesias de la comunidad y se ofrecen misas por los difuntos. Durante esos días la gente espera a sus seres queridos que regresan del más allá. Para recibirlos, los deudos montan altares donde disponen viandas del gusto de los familiares a los que recuerdan y les colocan objetos que fueron de su pertenencia.
Cuando se monta por vez primera la ofrenda a una persona recién fallecida, le nombran “ofrenda nueva”.En este caso los deudos son visitados por sus vecinos y amigos, a quienes, como muestra de agradecimiento, se les da de comer y beber.
Cada una de las ofrendas nuevas recibe entre cincomil y siete mil visitantes.
La comida y bebida suele ser entregada a los visitantes en recipientes de unicel, lo que provoca severa contaminación en la comunidad.
Ante ello, los pobladores decidieron iniciar la campaña “Jálate con tu jarro”, que consiste en proponer a los amigos, familiares, vecinos y turistas que acuden a las ofrendas nuevas, traigan consigo sus jarros y platos de barro y así evitar el uso de unicel.
“Es una campaña de concientización a las personas, por lo cual se les invita a traer un jarro, una taza, algún recipiente para recibir lo que los caseros invitan, lo que la gente doliente está al alcance de sus manos para brindarles con mucho amor y de corazón.Y es para tratar de evitar toda esta contaminación del unicel y de basura que genera dentro de nuestro poblado”, explicó Pedro Rosales Valle, integrante de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material de Ocotepec.
En 2014 esta celebración fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que atrajo aún más a los turistas.
“Ha llegado a ser internacional esto y, bueno, ahorita con el nombramiento de la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad pues ha sido todavía un poco más.El año pasado incluso hubo más gente que en otros años, ya con este nombramiento vienen grupos turísticos multiculturales de diferentes partes del mundo a ver las ofrendas de aquí de nuestro poblado”, dijo Rosales Valle.
Los habitantes de Ocotepec celebran la iniciativa, pues en ocasiones la contaminación ha sido tal, que ha llegado a afectar la infraestructura urbana de la comunidad.
“Me parece increíble, creo que es una buena iniciativa y lo mejor es que haya provenido del mismo pueblo de Ocotepec, o sea no tuvo que venir alguna asociación. No tuvo que ser del gobierno sino que ellos mismos dijeron, bueno, tenemos este problema, es muy bonita nuestra tradición, aceptamos a todo público, pero queremos que también esta tradición se siga guardando, pero también con el respeto”.
“(Que traigan) su vasito, su topercito o lo que quieran porque también dan mucho pan de muerto, entonces también se echan a perder muchas servilletas.He notado que también se tapan las coladeras por acá por andar con un buen de basura, así que creo hasta sus bolsitas, su canasta, lo que sea.O si no quieren traer nada de eso, compren aquí un jarrito, compren, motiven el mercado de artesanía y pues hasta mejor”, dijo Estefany Michel Oropeza Aranda.
Doña Griselda recuerda cómo hace varias décadas, cuando no se utilizaba unicel en esta celebración, las calles lucían limpias, pues en cada casa donde se instalaba una ofrenda nueva los alimentos y bebidas se ofrecían en trastes de barro.
“Antes las calles eran limpias porque ocupábamos los jarritos, en casa teníamos muchos jarritos y con esos llegaba la gente, servíamos y a lavar. Y ahora desafortunadamente es mucha contaminación, mucho unicel que se nos hace, entre comillas, más práctico y barato, pero ya no tenemos esa cultura de estar lavando a cada rato, a cada rato”, expresó.
Para Doña María, además del tema de la sustentabilidad, la campaña tiene beneficios económicos para los pobladores, pues, de tener éxito, dejarían de gastar su dinero en la compra de vasos y platos desechables.
Al entrevistarla en una de las calles de Ocotepec, la mujer llevaba consigo un paquete de vasos de unicel.
Explicó que aunque está a favor y promueve el uso de jarritos de barro, la repentina muerte de su madre la obligó a utilizar desechables.
“Vamos a promover lo de los jarritos porque sí gastamos, es un extra que gastamos.Yo ahorita porque apenas falleció mi mamá, entonces estamos haciendo los rosarios; pero para la ofrenda es mejor el jarrito, nos ahorramos”, expresó.
La propuesta de la comunidad incluye la posibilidad de que los invitados que lleguen a las ofrendas con sus jarritos, puedan enjuagarlos en las casas donde se instalen las ofrendas.
“Nosotros tratamos de que hagan uso del jarrito y si ellos van viendo y sí, afortunadamente, en algunos casos o en casas se ha visto que sí llegan con su jarrito.Luego llegan a la llavecita y a enjuagarlo porque hay atole, tecito, cafecito y entonces hay que lavarlo”, dijo doña Griselda.