Posteriormente, y con la mezcla de castas entre nativos y españoles, se consolidaron cuatro importantes pueblos: Panchimalco al norte, Xala al sur, Olac al oriente y Técpan al poniente. Entrado el periodo colonial, Cuernavaca contaba con los barrios de San Pedro, San Pablo, San Juan, San Miguel y San Francisco, asentamientos que hoy en día aún podemos visitar y que enmarcan en un perímetro bien delimitado al centro histórico de Cuernavaca.
Los pueblos y barrios de Cuernavaca, aún conservan varios aspectos tipológicos relacionados con su imagen urbano-rural y guardan una estrecha relación con el centro histórico de Cuernavaca. Los materiales de la vivienda, sus sistemas constructivos, la morfología, usos y semiótica del espacio, los colores y la vegetación forman parte de la tipología que aún se observa en algunos ejemplos de la vivienda en los pueblos y barrios de Cuernavaca.
Aunque muchos usos del suelo han cambiado, incluso transformado y trasgredido la imagen de estos lugares; los pueblos y barrios de Cuernavaca mantienen algunos de los elementos básicos de la estructura urbana, integrados principalmente por vivienda, en algunos casos de carácter vernáculo, comercios, que en este caso se resumen a tiendas de abarrotes, carnicerías, frutas y verduras, tortillerías, etcétera, espacios públicos, escuelas y centros de salud, dispensarios parroquiales y sus templos o capillas como espacios religiosos y que son estos los que han mantenido viva la integración social de la comunidad a través de sus fiestas patronales.
Un elemento importante dentro de la estructura urbana de estos pueblos y barrios son las vialidades, que en este caso, algunos de ellos aún conservan sus empedrados originales los cuales logran matizar la perfecta relación que existe entre la calle, la banqueta, los colores de las fachadas de las viviendas en perfecta armonía con sus habitantes.
La relación que existe entre los pueblos y barrios de Cuernavaca y su centro histórico se logra por diversas circunstancias estrechamente relacionadas con su gente principalmente. El centro histórico, mantiene su estatus como centro de poder social, económico, comercial y cultural. Ejerce una fuerte atracción a un área de influencia de prácticamente todos los pueblos, barrios y colonias de la ciudad. Además, el centro histórico continúa siendo lugar de reunión de las familias, no solo de Cuernavaca, sino de la zona conurbada de Cuernavaca, principalmente los fines de semana.
Otro aspecto que vale la pena resaltar, es el que tiene que ver con las fiestas patronales y cívicas que se realizan en el centro histórico y que forman parte de las costumbres de los cuernavacenses, por ejemplo, acudir al grito el 15 de septiembre, a los desfiles del 16 de septiembre y 20 de noviembre, a las ofrendas y quema de judas en el jardín Borda o bien a disfrutar de un elote, esquites, entre otros.
Una de las más importantes fiestas patronales se realiza cada 13 de junio con la tradicional Feria de San Antón que se ha mantenido viva por más de 200 años y que llena de colores las calles principales del pueblo con chinelos, música de banda de viento, “mojigangas”, toritos y fuegos artificiales, además de disfrutar de sus juegos mecánicos, puestos de comida, pan y artesanías de la región.
Vale la pena mencionar la Feria de Tlaltenango, que también por casi 300 años se ha mantenido sobre la avenida Emiliano Zapata y que por ubicarse en esta importante vialidad ha logrado atraer la atención de miles de visitantes cada año.
Muestra de ello, son los pueblos de Tlaltenango, San Antón, Ocotepec, Chamilpa, Amatitlán, Ahuatepec, Chipitlán, San Juan Chapultepec, San Miguel Acapantzingo, Santa María Ahuacatitlán, Tetela del Monte, San Francisco, Tlaltenango y San Jerónimo y los barrios de Tepetates, La Estación, Melchor Ocampo y Gualupita y, Teopanzolco; todos ellos en su conjunto forman parte de la estructura urbana de la ciudad y que muchas veces pasan desapercibidos hermosos detalles arquitectónicos y urbanos en cada uno de estos pueblos y barrios; puentes antiguos, viejas casonas, arboles milenarios, plazoletas, kioscos, jardines, casitas de adobe y teja, talleres de alfarería, esculturas, murales, monumentos, barrancas, casas abandonadas, panteones, calles empedradas, cruces de barrio y procesionales, así como placas históricas que nos detallan información de los inmuebles y que todas ellas fueron colocadas por don Sergio Estrada Cajigal Barrera hace algunos años, a través del Consejo de Cronistas de Cuernavaca, entre otras tantas maravillas que existen dentro de nuestra ciudad.
Así que una vez superada esta contingencia sanitaria y podamos volver a salir a las calles, no olviden recorrer cada uno de estos hermosos rincones con que cuenta la ciudad de la eterna primavera, consumir productos locales y apoyar la economía de los pueblos y barrios de la ciudad.
TEXTO:
GERARDO GAMA HERNÁNDEZ
PROFESOR DE LA ESCUELA DE TURISMO DE LA UAEM
FOTOGRAFÍAS:
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