Es por eso que la modalidad de turismo de naturaleza, definido como “los viajes que tienen como fin el realizar actividades recreativas de apreciación y conocimiento de la naturaleza a través del contacto con la misma” (TIES) se ha popularizado a nivel mundial. Sin embargo, con el afán de vender, muchos destinos se ofrecen como ‘’ecoturísticos’’ por el solo hecho de desarrollarse en espacios naturales sin que en realidad lo sean, ya que no tienen estudios de capacidad de carga, sus actividades no contribuyen ni al desarrollo económico de la comunidad ni a la conservación del medio natural, no cuentan con educación ambiental y sobreexplotan los recursos naturales como objeto de comercialización, todo esto provocando la perturbación de los ecosistemas.
En el Estado de Morelos existen algunos sitios naturales en donde se ha desarrollado el ecoturismo como una herramienta de conservación y crecimiento económico. Uno de ellos es la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla (REBIOSH), un Área Natural Protegida que está localizada al sur del Estado de Morelos en los municipios de Tepalcingo, Tlaquiltenango, Amacuzac, Puente de Ixtla y Jojutla. Posee una extensión de 59 030 ha., y en ella se encuentran inmersas 31 comunidades. Fue decretada bajo la categoría de Reserva de la Biosfera en el año de 1999 por su importante diversidad biológica y servicios ambientales que ofrece, siendo la única con esta categoría en el estado. Además, forma parte del programa ‘’El Hombre y la Biosfera’’ por la UNESCO desde el 2006.
Está enclavada en la Cuenca del Río Balsas, lo que la hace poseedora de un ecosistema de selva baja caducifolia, caracterizada por la marcada estacionalidad: 7 meses de seca y 5 meses de lluvia. La importancia biológica de la REBIOSH no solo es la gran diversidad de especies de flora y fauna, sino la gran cantidad de endemismos que alberga. Un ejemplo de su importancia es que en ella habitan las 6 especies de felinos existentes en México.
Dentro de la REBIOSH, en el municipio de Tepalcingo, particularmente en la comunidad de El Limón de Cuauchichinola, está la Estación Biológica de El Limón. Esta estación se encarga no solo de la conservación de la Reserva y de su manejo, también ha permitido la educación ambiental de los habitantes de las comunidades aledañas para el cuidado de sus espacios naturales y sus recursos. Una manera en que se ha realizado esto es a través de la práctica de ecoturismo, de esta forma se busca que la REBIOSH no sea vista como un sitio intocable, sino como una oportunidad para de generar recursos para la comunidad, al mismo tiempo que se conserva.
Gracias a esta estación y al CIByC (Centro de Investigación en Biodiversidad y Conservación) de la UAEM, es posible realizar diversas actividades de ecoturismo que le permiten al turista estar en contacto directo con las especies que aquí habitan. Algunas de estas actividades son el senderismo interpretativo, observación de flora y fauna, fotografía de paisaje, visitas guiadas a puntos de interés biológico o antropológico, así mismo se pueden realizar otro tipo de actividades como visitas nocturnas a cuevas y minas antiguas y observar algunos vestigios de antiguas zonas arqueológicas. Dentro de la estación es posible pernoctar, ya que cuenta con habitaciones compartidas y todos los servicios básicos necesarios para pasar una grata experiencia. Además, es una estación sustentable pues utiliza agua captada de la lluvia, posee baños secos, ofrece servicio de alimentación con platillos preparados por habitantes de la comunidad (grupos mínimo de 20 personas) y se realizan pláticas de educación ambiental.
En otras zonas de la REBIOSH se pueden realizar otras actividades como paseos a caballo, campismo, talleres de medicina tradicional, observación del corte tradicional de copal, o bien, disfrutar de algunos manantiales en la zona de Tlaquiltenango.
La Sierra de Huautla es un espacio poco conocido del estado que oferta un turismo diferente, un turismo responsable con el ambiente, que involucra a las comunidades, y que busca la conservación de estos espacios naturales. Es un espacio ideal para desconectarse de todo lo cotidiano y reconectarse con la naturaleza.
Ana Rosa Machorro Onofre
Estudiante de la Escuela de Turismo UAEM