Enclavado en el corazón de la ciudad de Cuernavaca, muy cerca de una de las avenidas principales, nos encontramos con uno de los barrios más antiguos y emblemáticos de la capital del estado de Morelos, “Gualupita”, y es ahí donde se localiza el Parque Melchor Ocampo, reconocido como Patrimonio Histórico Cultural de la ciudad.
Este hermoso parque fue inaugurado por el entonces presidente, Porfirio Díaz, el 11 de diciembre de 1897, con la finalidad de festejar la llegada del ferrocarril a la ciudad; éste fue un obsequio que el presidente le dio a su esposa, por lo que al inicio llevó el nombre de Doña Carmelita Romero Rubio. Posteriormente, y por esa influencia posrevolucionaria, se le conoció como Parque Emiliano Zapata, para finalmente llamarlo como actualmente se le conoce, Parque Melchor Ocampo.
A través del tiempo ha tenido diversas funciones, como un pequeño zoológico y alberca pública.
A la fecha se utiliza como sede de la feria de adopciones de animales, venta de productos artesanales elaborados en el estado, talleres de música, jardín de arte, sede de boys scouts, educatón, entre otros.
Ha logrado conservar -a pesar del tiempo y del crecimiento urbano- sus ojos de agua cristalina (famosa anteriormente por su inigualable sabor) y un gran número de árboles de ahuehuetes. Es un lugar donde es posible estar en contacto con la naturaleza, escuchar el sonido de las aves, a la vez que el agua va cayendo.
Al transitar por sus andadores nos encontramos con el kiosko, el cual se encontraba anteriormente en el puente Porfirio Díaz y fue reubicado a este lugar; siguiendo con el recorrido, encontramos una balaustrada estilo Porfiriano original, la cual -debido al paso de los años- se encuentra un poco deteriorada.
Este es nuestro Parque Melchor Ocampo, un sitio natural extraordinario que nos ofrece nuevos aprendizajes, la vivencia de nuestras tradiciones sociales y culturales, la oportunidad para que en un solo día podamos disfrutar y hacer un recorrido en familia.
Ahora te compartimos algunas ideas que podrán realizar, sin importar la edad de los integrantes de la familia.
VALORAR la vida silvestre, al hacer un recorrido por este jardín y poder observar, clasificar las flores, hojas e insectos, estableciendo características y diferencias entre unos y otros.
CONCIENTIZAR acerca de la importancia de la contaminación del aire, agua y suelo, aprovechar este momento para tomar decisiones en familia de cómo podemos contribuir en el cuidado del planeta y que acciones ejercer.
TRABAJAR EN EQUIPO Dentro del inmueble existen espacios donde podemos por ejemplo decorar bolsas de tela u otros materiales para evitar las de plástico al hacer las compras, utilizando materiales diversos, aportando ideas entre los miembros de la familia.
PARTICIPAR en acciones dentro de la comunidad para detectar, apoyar en la preservación de especies en peligro de extinción.
VISITAR Dentro del parque se encuentra también la Biblioteca Pública Municipal Dr. José Félix Frías Sánchez, que ofrece diversos servicios en un horario extendido de lunes a sábado.
CONOCER la historia de la ciudad a través de la recuperación de la memoria histórica, por medio de relatos, leyendas y libros que permiten conocer la historia de este hermoso parque.
No podemos concluir la visita a este parque sin visitar el monumento a la Doña, María Félix, el cual se encuentra en la plaza lateral del parque y fue donado por ella misma, siendo este busto el único en el mundo que ella misma regaló.
Profra. Maricela Gama Hernández
Escuela de Turismo de la UAEM
Fotografías: Adalberto Ríos Szalay