Cuando imaginamos a un turista o visitante caminando por las calles de algún pueblito o de alguna ciudad cosmopolita, arriesgándose físicamente en una majestuosa cascada, en la punta de algún cerro, caminando entre piedras de algún rio o entre bosques y selvas, invariablemente lo pensamos con una cámara fotográfica al cuello, o bien con un celular inteligente con miles de funciones y calidades para obtener las mejores imágenes.
En este sentido, nos referimos a este binomio perfecto entre fotografía y turismo, esa gran necesidad de hoy en día de compartir imágenes en redes sociales y maravillar a los amigos y familiares con extraordinarias fotos de paisajes culturales y naturales, arquitectura, mercados, gastronomía, casas tradicionales o grandes edificaciones, artesanías, ropa típica o regional, gente. Tenemos esa gran necesidad de guardar en una imagen nuestras experiencias, unos para ocupar nuestras visiones en algún tema académico o cultural, otros simplemente para compartir experiencias con nuestros amigos o familiares de cada uno de nuestros viajes, cualquiera que sea la razón, ya no es un viaje o una experiencia sin una fotografía.
Las fotografías guardan recuerdos y los recuerdos son lo que nuestro corazón vuelve a vivir y sentir, son la memoria imborrable de nuestras vidas.
Viajar por el Estado de Morelos, es llenar una imagen de color, de sabor, de formas inigualables que van cambiando en cada rincón de esta magnífica tierra. Ir al mercado típico de un pueblo, es capturar cada guisado característico de la región, la forma de preparar, la forma de servir y hasta la forma de comer, con ello se acompaña el imaginario de la gente del lugar, conocer su cultura, sus formas, el porqué de cada ingrediente; ves caminando a las señoras con su canastos con frutas, legumbres y verduras cosechadas de esa región, es apoyar en la compra, no solo a la señora, sino a la familia que está detrás de cada cultivo, mantener viva la tradición de cada pueblo, el comercio local de ese lugar. Das la vuelta y encuentras a quien vende vasijas, canastos tejidos y teñidos a mano, piezas de madera pulida, palas, morteros, platones, tapetes para mesa, para estancias, abanicos, escobas hechas a mano, artesanía hecha de materiales naturales, cosechados y tratados cada uno de manera artesanal, esto es viajar por Morelos, conocer no solo los restaurantes turísticos, sino el nido de donde nace cada tradición morelense.
Aquí en este hermoso Estado de Morelos, podemos encontrar diversos escenarios para desarrollar esta práctica, desde las lagunas de Zempoala y sus altos pinos y bosque de coníferas, pasando a su vez por los caminos a Huitzilac, donde el frio y su vegetación son ideales para fotografiar, aprovechando así, para comer en algún puestecito de quesadillas; podemos también, bajar a Cuernavaca, contemplar y capturar en imagenes un atardecer caminando por su centro histórico, conociendo sus museos, su catedral y sus capillas, comprando y conociendo artesanía típica vendida por los artesanos que caminan por todo el centro, podemos visitar a su vez los sembradíos de nopal en Tlalnepantla, un escenario único para plasmar una imagen y descubrir la artesanía de barro de Tlayacapan, donde las carreteras son hermosas para una sesión fotográfica, así cada espacio de Morelos, está llena de color, formas y sabores que podemos aprovechar en un lente de cámara o con nuestro dispositivo móvil para dar a conocer mediante las redes sociales estos espacios mágicos que nos ofrece Morelos.
Quién no ha tomado una fotografía de Don Goyo, ese majestuoso cerro que humea, o de nuestras hermosas zonas arqueológicas, de las fiestas y carnavales tradicionales, fotografías de nuestros lagos y lagunas, imágenes de lo que degustamos a diario en esta hermosa tierra, fotografías del componente más importante que es nuestra gente.
Si quieres aprender fotografía y conocer diversas técnicas de esta maravillosa actividad acércate a la Escuela de Turismo de la UAEM, en ella imparten clases los mejores fotógrafos con reconocimiento estatal, nacional e internacional: Adalberto Ríos Szalay, Lázaro Sandoval, Ernesto Ríos Lanz, Eduardo Archundia, Adalberto Ríos Lanz, Miguel Reza, Santiago Hurtado, Sergio Martínez, Rodolfo Candelas y excelentes estudiantes como Israel Carranza, Fernando Ruiz Vázquez entre otros.
Fotografías: Marcela Lima
Mtra. Marcela Lima Gómez
Profesora invitada
Escuela de Turismo UAEM
