El nombre de Curzio Malaparte parece que otra vez resuena, poco a poco, en el mundo de los lectores. Si bien no es un autor conocido en todos los sectores en la actualidad, hacia la segunda mitad del siglo XX gozó de fama entre los bibliófilos en lengua española.
Hay que decir que Curzio Malaparte fue el seudónimo utilizado por Kurt Erich Suckert, nacido en Prato (cerca de Florencia), Italia, el 9 de junio de 1898, fallecido en Roma el 19 de julio de 1957.
Periodista, escritor, diplomático e incluso director de cine, Curzio adoptó el apellido Malaparte en referencia a Napoleón Bonaparte: «Napoleón se llamaba Bonaparte y terminó mal; yo me llamo Malaparte y terminaré bien», decía.
A los dieciséis años se involucró en asuntos militares. En 1918 fue herido durante la Primera Guerra Mundial en Francia y ello le valió recibir las medallas de honor italiana y francesa.
Curzio Malaparte fue corresponsal de guerra del periódico Corriere della Sera (Correo de la Tarde). Su lucha en el conflicto bélico que duró de julio de 1914 a noviembre de 1918 le permitió hacerse de relaciones que a la postre le sirvieron para escribir sus obras más importantes: Kaputt (1944) y La piel (1949).
El italiano estuvo en varios países durante la Segunda Guerra Mundial. Hacia la aparición del fascismo, el escritor abrazó esa ideología, pero fue durante un periodo más bien corto, ya que, al conocer a fondo ese pensamiento, decidió abandonarlo e incluso se lanzó a la yugular del mismísimo Benito Mussolini. Al paso de los años, se convirtió al comunismo y también dedicó varias críticas a Hitler.
Su personalidad polifacética y camaleónica le permitió conocer lo mismo que a generales nazis que a víctimas del nazismo. En Kaputt hay varios de los testimonios más crudos de la Segunda Guerra Mundial de primera mano, vistos por Malaparte, quien supo introducirse hasta las entrañas del conflicto gracias a que poseía permisos especiales.
No obstante, como prólogo de Kaputt (vocablo alemán que significa roto, hundido, deshecho, destruido) hay unas notas de Curzio en las que da cuenta de las dificultades que enfrentó para poder escribir, desplazarse con ella, terminar y publicar esa obra. Es una novela-testimonio de la guerra, acaso de las más crudas muestras de los horrores de ese conflicto que se cobró millones de vidas.
Está dividida en cinco partes: «Los caballos», «Las ratas», «Los perros», «Los pájaros» y «Los renos». Cada una es una especie de sala en un museo del horror; en ellas, el autor se muestra como un guía que nos lleva a conocer las atrocidades y el terror de la guerra.
Sin embargo, existen pasajes de la novela con un alto contenido poético, con imágenes poderosas y dotadas de una belleza que dan fe de la capacidad literaria que tuvo Curzio Malaparte.
Entre los capítulos de Kaputt uno se encuentra con las formas como la alta alcurnia nazi se expresaba de los judíos; imágenes y sonidos del invierno en una de las regiones más frías del norte de Europa; la alegría que provoca un par de botas nuevas entre soldados deshechos anímicamente; la inocencia de los niños en la antesala de la muerte; la sensibilidad de un matrimonio para impedir que sus hijos sepan que están en guerra y enfrentar los bombardeos con ánimo festivo, con tal de que los infantes no sufran; la tristeza de las esclavas sexuales… En fin, un conjunto de experiencias que marcan la vida de un lector y permiten conocer otra parte de esos años terribles del siglo XX mediante un estilo que a veces puede parecer lento, pero que a la larga da una gran recompensa al lector: estar ante una obra honesta, antibelicista y repleta de sensibilidad.
Así pues, Kaputt es mi recomendación de esta semana. Es una obra un tanto extensa pero que se deja leer; gozó de una enorme fama mundial y contó lectores por miles hacia las décadas de los sesenta y setenta; pero la voz de Malaparte se apagó poco a poco.
Sin embargo, hay que destacar que una voz como la del italiano no se extingue de buenas a primeras. Por ello, y ante la real importancia de su obra, la editorial Galaxia Gutenberg se ha encargado de reeditar Kaputt y La piel; además, Tusquets (Baile en el Kremlin y otras historias, El Volga nace en Europa, Diario de un extranjero en París y Don Camaleón) y Sexto Piso (Muss, el gran imbécil) han contribuido con reediciones recientes a hacerle justicia a uno de los autores que supo narrar los horrores de la guerra con una sensibilidad encomiable.
Otras obras del autor son Técnicas del golpe de Estado (1931), Sodoma y Gomorra (1931), Malditos toscanos (1956), entre otras.
A propósito de Kaputt, a manera prólogo, Malaparte refirió: «El personaje principal es KAPUTT, es decir, este monstruo alegre y cruel. Ninguna palabra mejor que la que titula este volumen […] podría dar a entender lo que es ahora Europa, y, por consiguiente, nosotros; un montón de escombros» (p.10).