En esta celebración al conocimiento, cerca de 500 talleristas, expositores y conferencistas tuvimos la oportunidad de compartir nuestro trabajo y nuestra pasión con los casi doce mil asistentes al evento, distribuidos en los tres días que duró esta fiesta. Esta es la segunda vez que me sumo a las actividades de la Jornada, la cual es organizada por el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos (CCyTEM) y la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (SICyT). La Jornada es una de las vivencias que espero poder repetir por muchos, muchos años más, por todas las satisfacciones que me deja: desde las caras de emoción de los niños al descubrir algo nuevo, hasta el aprendizaje que yo mismo he adquirido como parte de la experiencia de tratar a una gran diversidad de personas.
No obstante, en estos dos años también he descubierto que la Jornada no es la única actividad que realizan el CCyTEM y la SICyT. Cuando tuve el gusto de conocer al equipo que trabaja en la Dirección de Divulgación y Vinculación del CCyTEM, los principales organizadores de la dichosa Jornada, también tuve el honor de ser invitado a participar en sus proyectos más modestos. El primero de ellos lleva por nombre, “Expreciencia Ambulante: Un Chispazo Científico en…” y básicamente lo que busca es llevar talleres, demostraciones y actividades científicas a localidades de Morelos alejadas de los principales centros urbanos o que han sido azotadas por la violencia. Anécdotas que contar nunca nos han faltado: en una ocasión que fuimos a la Sierra de Huautla los talleristas, quienes íbamos en caravana, tuvimos que mover un árbol que se había caído con las lluvias de la noche anterior y que bloqueaba la carretera que nos conduciría a nuestro destino. Esas son las situaciones que se viven diariamente en lugares a donde hemos llegado a compartir nuestro trabajo. También existe otro proyecto que busca llevar el conocimiento a las escuelas de los lugares más marginados del estado: “Conferencias en Municipios”. Aunque no tiene un nombre tan pegajoso como el del otro proyecto, no deja de ser igual de relevante en su objetivo: llevar a los alumnos de educación pública del estado a conferencias y pláticas impartidas por los investigadores y divulgadores de las instituciones de investigación que hay en Morelos.
Al decidir participar de estas actividades lo hice, entre muchas otras razones, por el mero gusto. Carl Sagan decía que cuando uno está enamorado quiere gritarlo al mundo, y ciertamente confieso estar enamorado de lo que hago y de ahí que siempre busque en donde divulgarlo. Ahora, la oportunidad de visitar estas localidades me ha servido para sensibilizarme a la realidad en la que viven miles de niños y jóvenes en Morelos. Hoy en día no creo que se trate sólo de promover una cultura científica entre la población por puro el placer de hacerlo, lo cual siempre ha sido el objetivo. Es la oportunidad de enviar un mensaje a los niños y jóvenes, para que puedan apreciar que existen muchas más opciones disponibles para ellos; que aquí mismo en Morelos pueden encontrar los medios necesarios para desarrollarse plena y dignamente, sin tener que tomar aquellas salidas fáciles que ofrece el crimen organizado.
La educación y la vinculación de los científicos con la sociedad es una inversión a largo plazo, y estoy seguro que la formación de ciudadanos más críticos, curiosos e inquisitivos es una de las estrategias que mejores resultados dará en un futuro próximo. Tanto el CCyTEM como la SICyT tienen otros programas, los cuales no mencionaré por falta de espacio. Sin embargo, todos ellos son importantes ahora más que nunca. Hoy que estamos envueltos en una atmósfera de crisis y descontento social por tantas circunstancias, quizá sean los Chispazos Científicos los que arrojen una pequeña luz de esperanza para una sociedad que ha sido vulnerada durante tanto tiempo.
Sin embargo se mueve ...
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Un Chispazo de Esperanza
Hace una semana concluyeron las actividades de la Octava Jornada Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación. Esta Jornada es un esfuerzo mayúsculo para llevar la ciencia y la tecnología a niños y jóvenes de todas las edades, incluyendo a los que lo siguen siendo de corazón.
TXT José Antonio Alonso Pavón
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