El último número de la revista electrónica Forum, publicada por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico AC, presenta varias entrevistas a mujeres prominentes en los quehaceres científicos. Con el título “La participación ciudadana sin información abona al clientelismo”, la reportera Anayansin Inzunza escribe sobre su conversación con la doctora Clara Jusidman Rapoport [1], fundadora y participante en varias instituciones nacionales e internacionales en derechos humanos y relaciones entre lo político y lo social. Me llamó poderosamente la atención su ejemplo de clientelismo en la consulta que tuvo lugar sobre el Nuevo Aeropuerto de la CDMX [2], bien aplicable a las más recientes consultas: sobre la construcción de una refinería más en Dos Bocas, Tabasco, y el proyecto del Tren Maya en la península de Yucatán, entre otras. Como era de esperarse, todas ganaron aprobación con alrededor de 70%.
Con respeto a opiniones diferentes, debo fundamentar la mía sobre la primera: una séptima refinería, cuando (según Google [3]) de las seis existentes, tres trabajan a media capacidad, sería un despropósito embarcarse en sus cinco años de construcción. El cambio climático forzará al mundo a reemplazar paulatinamente los combustibles fósiles por fuentes renovables de energía, eólica y solar principalmente, antes de una década (así lo esperamos…). Incrementar la oferta de petróleo, como lo hace Mr. Trump con el carbón mineral, es un mal proyecto –y además dañino.
El Tren Maya hace aflorar otras controversias sobre los derechos de los pueblos originarios y los del resto de la población. Ya se han pronunciado asambleas comunitarias cercanas a Santa Lucía contra la ampliación del aeropuerto, las del Istmo de Tehuantepec y la costa de Oaxaca contra los proyectos de comunicación y generación eólica, y ahora también las de Yucatán contra el Tren Maya, que sólo verán pasar… Si, no en 1957, sino hoy se iniciara la construcción de la autopista CDMX-Cuernavaca, me parece que se estrellaría contra la mayor conciencia y potestad de los pueblos a lo largo del trayecto.
Me pregunto si el 70% (o más) de los “votantes” reflexionaron bien sobre estos proyectos, su pertinencia y sus consecuencias. La información de fondo que tuvo la población sobre los pros y contras de los diez proyectos me parece insuficiente. No sé si se ha publicado la concentración geográfica de los Sí y No del conteo realizado por la Fundación Rosenblueth [2]; sería un dato muy importante para evaluar la aceptación de las poblaciones locales.
Con el necesario cambio a energías renovables, los transportes masivos serán por ferrovías electrificadas, más que por carretera. Además del Tren Maya, será útil y rápido el de CDMX a Toluca y otro a Querétaro. ¿También habrá consultas sobre ellas?
No siendo muy conocedor de la legislación, me intriga si las consultas tienen foco municipal, estatal o federal, si se trata de un referendo vinculatorio o de una consulta de opinión. Porque sería necesario informar adecuada y masivamente a la población o, en su defecto, ponderar las decisiones basadas en datos objetivos bien estructurados –no apelando sólo al entusiasmo clientelar. Decidir sobre lo que más beneficia al país a corto y largo plazo, para ésta y las generaciones futuras, a menudo implica plantear, analizar y resolver problemas y dilemas complejos, que no siempre han de decidirse a mano alzada en asambleas multitudinarias –o aún en las muy respetables urnas.
[1] https://www.foroconsultivo.org.mx/forum/2018_diciembre/#p=14 páginas 46-51.
[2] https://www.proceso.com.mx/555377/naim-o-santa-lucia-una-consulta-inedita
[3] https://www.google.com/search?q=Refinerias+de+mexico&ie=utf-8&oe=utf-8&client=firefox-b