Las enormes diferencias entre habitantes de Zacatepec y sus autoridades municipales por la operación de un basurero a cielo abierto -que al final los propios vecinos cerraron- muestra hasta donde pueden llegar los conflictos medioambientales: todo el municipio citado carece de otro lugar donde depositar los residuos sólidos que genera la población, pero quienes viven en los alrededores del tiradero reclamaron por el daño a la salud que les ocasiona.
Ahora, el servicio de recolección de basura sigue suspendido y no tardará mucho en que se desate una crisis para la cual no parece haber solución, sobre todo por falta de presupuesto.
No se ve por dónde se romperá ese círculo vicioso que, sin embargo, no debe durar mucho, pues entonces el problema de salud que enfrenta una parte de los vecinos se extendería a toda la población.
