Quienes encabezan la Suprema Corte de Justicia de la Nación se han acostumbrado a resolver de forma permanente las situaciones más disímbolas del acontecer morelense.
Eso suena a una actuación muy civilizada, si no fuera porque los tiempos de respuesta son lo suficientemente prolongados como para permitir que mientras tanto las tensiones sociales se acumulen.
Habrá que esperar el camino que toman en el nuevo frente de batalla entre los beneficiarios del sector y la autoridad.