Al hacerlo lanza acusaciones contra la administración del lugar del que fueron sacados a la fuerza 19 menores de edad y detalla las deficiencias descubiertas y asegura que evitarán situaciones críticas como las que han ocurrido en otros lugares.
Sin embargo, incurre en una enorme laguna en su explicación: Si el lugar opera tan mal ¿por qué la acción policiaca sólo fue para sustraer y "proteger" a 19 de los más de sesenta albergados?
Los excesos en que ha incurrido la familia gobernante (aunque sólo fue elegido en las urnas Graco Ramírez, su familia fue incorporada a posiciones de poder) hace difícil que la sociedad morelense acepte sus argumentos. Es más fácil que se incline por creer los argumentos de la contraparte, en el sentido de que la intervención violenta en el albergue fue otro caso de abuso de autoridad.
Eso significa que la gente piensa más en el uso faccioso que se ha dado a las instituciones (donde lo mismo llegó como secretaria de Turismo la nuera de Ramírez Garrido y Elena Cepeda, o el sobrino del gobernador es el Fiscal General) y eso finalmente socava la credibilidad y la seriedad de la función pública.