De hecho, el recuento hemerográfico -que señala claramente la frase "al menos", al citar los trágicos números- revela que respecto al año pasado ese tipo de delitos -de alto impacto en la sociedad- tuvo un incremento porcentual importante.
Incluso obliga a revisar la seriedad de la fuente que elaboró una lista en la que Cuernavaca "sale" del ranking de las ciudades más violentas de Latinoamérica, pues en el mes que ayer concluyó se cometió un homicidio cada tres días, en promedio. Y esos no son números para justificar el grito de alegría lanzado la semana pasada por las autoridades estatales.
El Morelos manchado de sangre opaca la versión oficial, que describe un país de ensueño en el que -como dice el lugar común- todos los morelenses quisiéramos saber dónde se ubica.