No son un secreto las malas condiciones en las que opera un elevado número de vehículos –tanto “rutas” como taxis–, lo que representa un peligro no sólo para los usuarios de ese servicio, sino para los transeúntes y otros automovilistas.
Hay que recordar que éste ha sido un año con altos índices de muertes relacionadas con el transporte público; varias personas han perdido la vida o han sufrido heridas al ser atropelladas por “rutas” o durante choques en diversos municipios de la entidad.
Pero, a fin de cuentas, ni los concesionarios ni las autoridades abordan “rutas” o taxis para percatarse de esa situación: ellos viajan en lujosos vehículos y esa condición no les permite darse cuenta del riesgo que representa hoy en día subirse a una unidad que está descuidada y que, hasta nuevo aviso, seguirá sin ser revisada.