El repunte de la violencia y de delitos de alto impacto ha ocurrido durante el tiempo en que la Comisión Estatal de Seguridad tenía la responsabilidad de preservar la paz en casi todo el estado y pretender lo contrario es un intento por burlarse de la ciudadanía.
Los que han fracasado allí no fueron los ayuntamientos, pese a la burda maniobra de ocultar lo inocultable.
Todo indica que hace falta mucha autocrítica en el área de seguridad pública para asumir los errores cometidos pese a los abultados presupuestos que para el caso se manejan.