Y ese titulo de injustificado no viene de si fue adecuado a o no, sino del incumplimiento de lo que señala la ley laboral a la hora de las indemnizaciones.
Ese incumplimiento ha generado pasivos casi imposibles de pagar desde hace varios trienios. Los alcaldes han dejado de temer a la amenaza de destitución y sólo intentan posponer el problema hasta la llegada de la siguiente administración, pero sin temor a enfrentar responsabilidades.
La impunidad ha demostrado ser no sólo la madre de la corrupción sino de todos los gigantescos problemas financieros que vive la entidad.
Y para colmo, en el tema que nos ocupa, muchos de los despidos que hoy son un problema se dieron no para adelgazar el gasto corriente, ni para colocar a mejores hombres y mujeres, sino para acomodar a los favoritos de la administración en turno, algo que hoy se ve claramente como un acto criminal, pero sin ningún tipo de sanción.
Editorial
Sin Sanción
La Secretaría del Trabajo expuso ayer de manera detallada el drama financiero que en las alcaldías ha provocado el despido injustificado de personal.
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