Entre los excesos del gobierno anterior que aún tienen repercusiones figura la negativa a pagar la obligación señalada en un decreto que de manera arbitraria creó una pensión para los descendientes de quienes pelearon en el ejército del general Emiliano Zapata.
Aunque el mérito de la lucha fue de sus abuelos o bisabuelos, desde hace años se mantiene un movimiento de personas que consideran tener derecho a recibir un ingreso por el papel que jugaron sus ancestros. Y es un derecho que sí tienen.
Al no haber resuelto la cuestión, el gobierno graquista heredó otro de los incontables conflictos que solo se resuelven con dinero.
Por lo pronto, los reclamantes han mantenido una actitud serena, pero si hubiera una radicalización hay claros culpables.