Las dificultades adicionales que la ley impone a quien busca competir en el proceso electoral como candidato independiente ha desestimulado a los ciudadanos que algún día pensaron que ese esquema serviría para desplazar a los partidos políticos y frenar los abusos que cometen en cada elección a la hora de asignar candidaturas.
Todo indica que la proliferación de partidos políticos en Morelos también inhibe la búsqueda de caminos distintos, pues es probable que cada instituto (excepto quizá dos o tres) deberá pelear para llenar sus listas y no habrá posibilidades para que se hagan del rogar.
Por supuesto que eso afecta la calidad de la democracia, porque los cargos públicos de elección quedarán seguramente en quienes sean designados por mecanismos imperativos que no admiten réplica y que excluyen a los ciudadanos más capaces.