Aunque ahora fue la pandemia la causa más visible, los problemas para que los ayuntamientos paguen el aguinaldo a sus empleados son recurrentes desde hace muchos años, demasiados quizás.
No obstante que es un concepto programado en el gasto público, el dinero destinado al pago de esa prestación siempre hace falta al final de cada año, como lo prueban las crónicas solicitudes de adelanto presupuestal de los munícipes.
La situación que priva por las medidas sanitarias de emergencia que se han adoptado puede ayudar a evitar los conflictos con los afectados, pero en realidad lo que se necesita es de una planeación profunda y un acatamiento al presupuesto acordado, a fin de que pagar el aguinaldo deje de ser un problema recurrente.